Los Chiefs humillan y le dan el tiro de gracia a los campeones
Kansas City dejó a los Denver Broncos sin posibilidad de defender su campeonato gracias a una explosiva ofensiva.
Con el boleto a playoffs sellado horas atrás, los Kansas City Chiefs llegaron a la noche de Navidad con una tarea pendiente, darle el tiro de gracia al actual campeón y acérrimo rival divisional.
Misión cumplida. De manera enfática, humillante y con un poco de estilo.
El tacle nariz Dontari Poe lanzó un pase de touchdown de dos yardas a Demetrius Harris a 1:52 del final para culminar de forma humillante un rotundo triunfo de 33-10 sobre los Broncos de Denver, que dejaron su campeonato en el húmedo césped del Arrowhead.
Los Chiefs iniciaron con estilo y terminaronde la misma manera.
Tyreek Hill y Spencer Ware tuvieron dos largos acarreos, Alex Smith conectó dos veces con Travis Kelce y Smith recorrió las últimas 10 yardas en una primera ofensiva de los Chiefs que puso la pizarra 7-0 en el mismo primer cuarto.
Desde entonces, los Broncos estarían en problemas. La ofensiva de Denver fue tan responsable de la derrota como lo fue la de los Chiefs.
Trevor Siemian lideró a un ataque que ganó apenas 246 yardas totales, 63 de ellas por la vía terrestre y Siemian apenas completó 17 de 43 envíos en otro despliegue de futilidad.
Los Chiefs, que lograron barrer la serie de temporada ante los Broncos por primera ocasión desde 2000, no quitaron el pie del acelerador, literalmente y no tardaron en duplicar su ventaja en el mismo primer cuarto.
Hill tomó el balón por la banda izquierda y se escapó prácticamente sin ser tocado 70 yardas para el touchdown y los Chiefs no habían acabado de mandar su mensaje. Menos de cinco minutos después, Smith volvió a encontrar a Kelce en un pase pantalla por el costado derecho y el estelar tight end llevó el balón 80 yardas para colocar la pizarra 21-7.
Los Broncos se pusieron en el marcador luego de que Justin Simmons interceptara un pase de Smith, quien fue golpeado mientras lanzaba, y lo devolviera hasta la yarda seis. Desde ahí, incluso los inertes Broncos encontraron la anotación gracias al acarreo de una yarda de Justin Forsett.
Eso sería todo para Denver, que por si fuera poco, entregó tres veces el ovoide en el último cuarto para fulminar de tajo cualquier esperanza de un milagro de Navidad.
La cereza en el pastel vino por parte de Poe, quien para colmo, tomó el balón en un centro directo, puso en marcha todos sus 157 kilogramos y se detuvo poco antes de la línea de golpeo para lanzar el que posiblemente sea el pase de touchdown más feo y a la vez espectacular en la historia de la NFL.
Los seis invitados a playoffs en la Conferencia Americana ya están definidos, y ninguno de ellos es el actual monarca.
El campeón murió. Cayó víctima de su propia ofensiva, que jamás estuvo al nivel de su poderosa defensiva, que a la vez terminó doblegada ante la fatiga y la frustración.