Leitza: la cuna deportiva de ilustres apellidos vascos
Amigos desde niños, Mikel Nieve, ganador de etapa y de la Montaña en el Giro, y el pelotari Oinatz Bengoetxea, dueño de la Triple Corona, son la punta de lanza del pueblo navarro.
Para saber dónde está Leitza hay que recurrir a Google Maps. En el norte de Navarra, a 47 kilómetros de Pamplona, descansa un pueblo de 2.906 habitantes que pasaría desapercibido si no fuera por un par de aspectos. Uno, el más reciente y mediático, que aportó el decorado a muchas escenas de la célebre película Ocho apellidos vascos bajo el nombre ficticio de Argoitia. La casa de Amaia (Clara Lago, la protagonista), la herriko taberna o la plaza salieron de este enclave navarro. El otro, el que nos ocupa, es su capacidad para forjar deportistas de primer nivel en distintas disciplinas. El ciclismo es santo y seña. Los más viejos del lugar recuerdan a Luis Vicente Otín, El cartero de Leitza, y los más jóvenes, a Mikel Nieve, escudero de Froome en el Sky y ganador de etapa y la Montaña en el Giro de 2016.
Leitza es cuna de pelotaris y, ante todo, una referencia del deporte rural vasco. Remontistas de ayer y de hoy como el entrañable Miguel Zestau o Iñaki Gaztelu, harrijasotzailes (levantadores) conocidos a nivel mundial como Iñaki Perurena, su hijo Inaxio o Mieltxo Saralegi… la lista engorda con segalaris como Jon Kanflanka y aizkolaris de la talla de Patxi Astibia o Martín Garciarena.
Pero la pelota es el deporte rey en Leitza. Los Bengoetxea pusieron el pueblo en el mapa. Y el sexto de esa zaga, Oinatz, es su último exponente. A día de hoy, cuatro pelotaris profesionales se han formado en la escuela del Club Deportivo Aurrera: Bengoetxea VI, Barriola, Olazabal y Jaunarena. Oinatz conquistó semanas atrás la txapela en la jaula para completar la Triple Corona: el Manomanista, el Parejas y el Cuatro y Medio, los tres torneos grandes del frontón.
Los dos vecinos más ilustres de Leitza ahora mismo son Oinatz y Nieve. “Son dos campeones para la historia”, resumen sus paisanos. Ambos, de la misma quinta, de 1984 (32 años). Coincidieron en el colegio. “Solíamos jugar juntos, éramos muy amigos. Le dábamos a todo: fútbol, pelota… lo que fuera. Me alegra mucho que le vaya tan bien”, dice el pelotari. “Siempre que puedo le sigo en directo en sus carreras, aunque por falta de tiempo veo sus éxitos por televisión”, prosigue el campeón del Cuatro y Medio.
Nieve, cuya pareja es pelotari, recoge los halagos: “Las obligaciones me impidieron ir a su última final, pero me chifla la pelota y la forma de jugar de Oinatz, tan eléctrico. Aquí hay mucha afición, igual el más raro del pueblo soy yo, que me decanté por el ciclismo”. “Mikel es uno de los mejores escaladores del mundo. La pelota exige sacrificio: le ves subir a él y te inspira”, acaba Bengoetxea, que se ha comprado una bici de montaña para dar alguna vuelta con su amigo por Leitza. Por el pueblo donde gobierna el deporte.