La NFL queda en evidencia con el nuevo ‘Deflategate’
La misma NFL que se ensañó contra los Patriots hace dos temporadas, no quiso investigar un nuevo caso de balones desinflados en el Steelers-Giants.
Hace algo más de dos años, en 18 de enero de 2015, Colts y Patriots disputaron una final de conferencia en la que New England ganó con comodidad a Indianapolis (45-7). Tras aquella victoria, los Patriots se impusieron a Seattle para conquistar su cuarta Super Bowl.
Sin embargo, el partido es famoso porque los Colts protestaron tras descubrir que los balones de New England tenían menos presión de la reglamentaria (12,5 PSI). La NFL comenzó entonces una investigación para la que requirió la ayuda de asesores externos, y terminó por castigar a los Patriots con la pérdida de su primera ronda del draft de 2016, una cuarta de 2017 y un millón de dólares, pese a determinar que el equipo no había tenido nada que ver con los hechos. Además, castigó a Brady con cuatro partidos de sanción, y con la consiguiente pérdida de salario correspondiente, porque era “más probable que no” que hubiera intervenido en el desinflado y porque no había colaborado todo lo deseado en la investigación.
Steelers-Giants
Como ya contamos en esta sección, en la semana 13 de la NFL, Eli Apple consiguió recuperar un fumble de LeVeon Bell mediado el tercer cuarto, y una intercepción al final de ese mismo cuarto, y notó que los balones recuperados no tenían la presión normal. En la banda de los Giants decidieron medir la presión y confirmaron que uno tenía 11,4 PSI y el otro 11,8 PSI. Después de hacer esas comprobaciones, informaron a la NFL de que sus rivales estaban jugando con balones con una presión ilegal.
Ahora es cuando todos pensamos: “Se va a montar otro lío gordo”, ¿verdad?
Nada más lejos de la realidad. Pocos minutos después de que acabara el partido, la NFL informó de que “El estado de todos los balones era el correcto y los Giants no han presentado ninguna queja formal”.
Y punto.
La NFL se lava las manos
Lo curioso es que ese comunicado llegó después de la queja de Nueva York, y sin que los árbitros recibieran la orden de hacer ninguna comprobación posterior con todos los balones del partido más allá del protocolo básico, para confirmar las mediciones hechas por los Giants en los dos a los que tuvieron acceso. La NFL gastó millones de dólares en investigar el deflategate de los Patriots, pero decidió tapar de inmediato cualquier viso de polémica que pudiera surgir tras un nuevo caso de balones desinflados.
No está muy claro dónde quedó el interés por saber la verdad, que se convirtió en urgencia cuando los Colts informaron sobre una presión de balones que era muy similar a la que volvió a aparecer en el Steelers-Giants. Y tampoco han saltado todas esas voces que se llenaron la boca con la palabra “¡TRAMPOSOS!”; y no se bajaron de ella pese a que la única evidencia de toda la historia fue que una persona puede desinflar no sé cuantos balones en no sé cuantos segundos si está entrenado para hacerlo.
¿Puede al final ser culpa del frío?
Y ahora quizá haya que preguntarse si los balones de los Steelers no tenían la presión correcta simplemente porque, como insistían en argumentar los Patriots hace dos años, las bajas temperaturas sí que disminuyen la presión, y más después de dos cuartos de uso continuado. Pero si la conclusión de un estudio serio hubiera sido esa, toda la sanción a los Patriots, y toda la bilis y persecución de algunos medios, habría quedado completamente desacreditada. Igual de en entredicho que la insistencia de Goodell en castigar a la franquicia y a su quarterback a toda costa, y de la forma más dura posible saltándose cualquier reglamento, al mismo tiempo que reducía sanciones a quien le venía en gana con asuntos mucho más serios.
Después del escándalo ‘defaltegate’ la NFL afirmó que había puesto en marcha todos los protocolos posibles para evitar que el caso volviera a repetirse; con controles exhaustivos de los balones en todo el proceso. Es triste confirmar que no todo es tan transparente como debería.
Y lo único seguro es que la NFL también está ocultando que en los últimos tiempos ha hecho mediciones para analizar cuanta presión pierden los balones durante los partidos disputados en clima frío… y no ha querido hacer públicas sus conclusiones. A nadie le interesa divulgar que se ensañó contra un equipo, gastando una millonada, sabiendo que tal vez no eran los acusados quienes ocultaban la verdad.
Y eso.