La tormenta perfecta: Nubes negras sobre Miami
Las lesiones de Ryan Tannehill y Mike Pouncey representan un duro traspié a las aspiraciones de playoffs de los Dolphins.
Las lágrimas rodaban en el rostro de Ryan Tannehill. Tal vez fuera el dolor a causa del golpe de Calais Campbell que le provocó una distensión de ligamentos en la rodilla izquierda, que con toda certeza lo ausentará el resto de la temporada regular. O tal vez sea el temor ante el la nube que ensombrece el que alguna vez fuera un brillante panorama para los Miami Dolphins.
Yo apostaría por lo segundo.
Con solo el criterio de desempate en contra respecto a Denver separando a Miami del último wildcard de la AFC, y con tres juegos divisionales restantes en el calendario, visitas a unos inofensivos y eliminados Jets y a unos siempre aguerridos Bills, ambos en condiciones climáticas extremas, y cerrando la temporada regular ante unos Patriots, seguramente sin mucho que arriesgar, se podría pensar que aún tienen una buena posibilidad de jugar en enero.
Pero ahí es donde entra el factor Matt Moore, quien tiene una marca de 13-12 como quarterback titular en esta liga, incluyendo 5-5 contra sus tres rivales restantes.
Sí, Moore toma el lugar de un quarterback que encabeza el ataque aéreo número 27 de la NFL, lo cual no es muy complicado de suplir, pero se enfrentará a dos frontales que si algo saben hacer es poner presión al pasador.
Es ahí donde se va toda luz de esperanza.
Miami ha permitido 29 capturas de quarterback y ahora su línea ofensiva perdió a, tal vez, su mejor elemento en la figura del centro Mike Pouncey, una baja importante cuando en el horizonte está Buffalo, el quinto equipo con más sacks de toda la NFL.
Concedido, Moore tendrá como trabajo principal ponerle el balón en el pecho a Jay Ajayi, quien encabeza a la doceava mejor ofensiva terrestre de la NFL, y no arriesgar mucho con el balón, apegándose a un plan de juego conservador, algo complicado para un equipo que ha tenido 19 turnovers en el año.
Miami se mantiene en buena posición para ingresar a playoffs por primera vez desde 2008, pero no cuenta con margen de maniobra. Bryce Petty y los Jets no representan tanto peligro como unos Bills de Buffalo que prometieron que seguirán peleando aún si sus posibilidades de postemporada son ínfimas.
Pero el mayor riesgo en el sur de Florida no está en lo que hagan o dejen de hacer los Dolphins, sino en el resto de los aspirantes a ese segundo wildcard (quien termine segundo en el Oeste de la AFC tiene prácticamente asegurado un boleto al baile.
Denver (8-5), controla su destino, pero pisándoles los talones están los Ravens, y el segundo lugar del Sur de la AFC, ya sea Texans o Titans, también con registro de 7-6.
Miami necesita ganar todos sus partidos, solo para tener una posibilidad, y si los Patriots llegan a la semana 17 disputando la ventaja de local a lo largo de la postemporada, sería básicamente la extinción de los Delfines.
Adam Gase tiene ante sí la misión más difícil de su carrera, y eso que estamos hablando de un tipo que tuvo que lidiar con Jay Cutler. Si Miami ingresa a playoffs, Gase tiene una sólida candidatura a Coach del Año. De lo contrario, sentó las bases para crear un poco de optimismo a futuro en Miami.
Todo dependerá de Matt Moore, con todas sus 33 anotaciones y 28 intercepciones en nueve temporadas en la NFL. No son precisamente las mejores cartas para apostar todas las fichas, pero no tienen otra opción.