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NATACIÓN

Mireia Belmonte tiene un secreto: la nutrición molecular

Vergnoux explora la alimentación como ayuda para mejorar el rendimiento. “La comida interviene en el proceso bioquímico y mejora la funcionalidad del cuerpo”.

Mireia Belmonte tiene un secreto: la nutrición molecular

La nutrición es uno de los campos que más ha evolucionado en la vida y también en el deporte, ofreciendo mejoras en el rendimiento del deportista debido a que, como explica el médico del CAR de Sant Cugat y del Espanyol, Antoni Turmo, “hay una relación entre nutrientes y genética. Lo que más nos afecta es lo que comemos, ya que entra directamente en nuestro cuerpo y se relaciona con nuestros genes”. La nutrición molecular es únicamente un paso más, y su aplicación es habitual en el deporte de élite, ya que “los nutrientes afectan a nuestro proceso bioquímico”.

En ese campo es dónde quiere empezar a documentarse Fred Vergnoux, entrenador de Mireia Belmonte, con el objetivo de mejorar todavía más la puesta a punto de la badalonesa y su lucha contra el tiempo: a sus 26 años, llegará a los Juegos de Tokio con 30, mientras la media de edad de las medallistas en Río era de 22,9. “Estamos haciendo pruebas de nutrición molecular en los entrenamientos, pero todavía nos falta mucho”. El objetivo es ir un paso más allá para que la nadadora de la UCAM seleccione los alimentos adecuados, necesarios para el entrenamiento y para que se retarden esos “déficits” que genera el paso del tiempo.

La responsable de esta área en el CAR de Sant Cugat pone ejemplos. “Un aspecto clave es la recuperación. Si cada día no estás en condiciones de asumir el entrenamiento, el cuerpo se bloquea. Hay que cuidar los sustratos energéticos, todo lo que se vació el día anterior, ya que los músculos suelen tardar 20 horas en recuperarse. Hay que llevar una ingesta en cantidad y distribución ordenadas para poder nadar 90 kilómetros a la semana. Nos adaptamos a cada mesociclo. No queremos matar moscas a cañonazos ni sobrecargar, sino dar lo justo para que el músculo realice este trabajo”, reflexiona.

La nutrición en Mireia y en los deportistas se sustenta en dos aspectos claves. El primero de ellos es la dieta habitual. Turmo apunta un aspecto relevante. “La gente no sabe ya cocinar. Comemos muy simple: pasta, carne y fruta. Acumulamos déficits. Esto puede provocar cansancio, dolor de cabeza, pequeñas enfermedades…”. Es por eso, que el médico pone un ejemplo para entender qué comer en cada momento y cómo ha ido evolucionando esta rama. “Los fisiólogos escandinavos descubrieron una dieta hace ya mucho tiempo. Sus deportistas no consumían hidratos de carbono dos semanas antes de la competición, pero sí que acumulaban una sobrecarga dos o tres días antes. Se producía una gran concentración de glucógeno, que es lo que da alimento al músculo”, relata.

Al margen de la dieta, la suplementación y la hidratación son importantes, y es ahí donde entran en juego minerales como “cobre, zinc, magnesio… O el grupo de las Vitaminas D. Pueden intervenir en el proceso bioquímico y mejorar la funcionalidad del cuerpo”. Suplementos que sirven para retardar esos déficits que se van generando con el paso de los años. La Mireia del 2017 explorará estos campos para cumplir otro reto: ser campeona del mundo en Budapest.