Ruth Beitia: “La gente me hace ver que soy oro olímpico”
Ruth Beitia (Santander, 1979) ganó el oro en Río, culminación a 14 medallas en grandes campeonatos. También se ha llevado dos Diamond. A los 37 años.Mundial de Atletismo 2017 en directo online
-Cuando se levanta cada mañana y ve que es campeona olímpica, ¿qué piensa?
-No lo pienso tal cual. La diferencia la hace la gente, que me recuerda cada día que soy oro olímpico. Cuando voy por la calle o al mercado en Santander, me paran, me dicen... Todos se acuerdan dónde estaban el 20 de agosto viendo mi concurso en Río. Y mire, no se me borra la sonrisa.
-Y con 37 años, con 14 medallas internacionales, ¿sigue con ganas de entrenarse?
-El atletismo se ha convertido en mi pasión. En lugar de ir al gimnasio, al que también tengo que ir, yo voy a entrenarme. Es mi forma de desinhibirme en el día a día. Y después disfruto de la cervecita en el bar con Ramón Torralbo (su entrenador) y mis amigos. Ahí sólo tenemos dos reglas: no hablar de atletismo y tomar sólo una.
-Lo dejó tras los Juegos de Londres y luego volvió, subiendo a siete podios en campeonatos, ¿algo hizo click?
-Fue el detonante. Cuando regresé, vi la oportunidad de disfrutar del atletismo. Me di cuenta que era estúpido tener esas presiones que a veces van conjuntas al deporte y me las quité radicalmente.
-¿Qué explicación da para haber alcanzado la excelencia ahora?
-Por encima de todo está el equilibrio entre cuerpo y mente. Ramón Torralbo, mi otra mitad, siempre respetó el desarrollo fisiológico y ha sido un camino de aprendizaje. Así que la clave es la madurez. Le engañaría si digo que me encuentro mejor con 37 que con veintialgo, pero lo compenso con otras cosas, como la experiencia. Soy una persona perseverante, erre que erre. Ramón dice que no he sido su mejor atleta, pero sí la más constante.
-Ha ganado dos veces seguidas la Diamond, usted es de las pocas españolas que se prodigan en el extranjero.
-Es fundamental, los españoles debemos salir más y competir con gente con la que al final te vas a ver en campeonatos. Además, las rivales ya son amigas. Todas queremos ganar, pero fuera hay buen rollo.
-Mira al Mundial de 2017 de Londres con muchas ganas.
-Sí. Nunca he sido campeona del mundo y es un objetivo. Londres me quitó el sueño de la medalla olímpica, pero me dio mucho, porque a partir de ahí llegaron esos cuatro años que hicieron al corazón latir con fuerza para seguir disfrutando.
-Lo menos que quiero es retirarla, pero ¿hasta cuándo tendremos Ruth?
-Voy al momento. Cuando un día me vea en el sofá de casa y no quiera ir a entrenarme pararé. Y si veo que no rindo, que no sea capaz de saltar 1,90 o no pase a finales, que alguien me dé un currito y me diga: “Chica, se acabó”.