Carlsen o Karjakin, título por la vía rápida o 'armagedón'
El noruego, y vigente campeón, cumple hoy 26 años, los mismo que tiene el ruso; es el favorito porque también domina este tipo de partidas
La decepción generalizada que generó la partida del lunes entre Magnus Carlsen y Sergey Karjakin, la que debía ser una lucha sin cuartel con los dos jugadores empatados a 5,5 puntos, e impropia para estos dos talentos que ofrecían una tablero simétrico tras 30 movimientos, dos días después desemboca en una expectación extraordinaria ante el desempate en el escenario totalmente insonorizado en el Fulton Market de Nueva York. Partidas semi rápidas, rápidas y muerte súbita, conocida en el argot como armagedón (del juicio final bíblico), aún inédita en los mundiales.
Carlsen pidió perdón a los aficionados por su inexplicable falta de combatividad en la partida del lunes, y aseguró en la conferencia de prensa que lo explicaría en los próximos días, cuando acabe el Mundial. El miércoles cumple 26 años, los mismos que tiene Karjakin, tan distinto en gustos a él aunque pertenezcan a la misma generación. Quizá el noruego haya aprendido en esta final lo bien que se defiende el ruso, y lo complicado es que resulta jugar al ataque y sin red (partida ocho). Por eso, pese a jugar con blancas, decidió que lo mejor era alargar la final a la modalidad de semi rápidas, en la que él es también el número uno, y rápidas, el dos. Y como al ruso donde realmente disfruta es en el contragolpe dejando la iniciativa al rival, aceptó la igualdad por inactividad mutua.
Sin duda, sobre el papel, ahora tiene ventaja Carlsen, pero ya avisa Karjakin que mañana puede ser campeón del mundo, el menos previsto de todos los finalistas en la historia contemporanea de este deporte milenario con más de trescientos años bien documentados de su juego.
Esta es la cuarta oportunidad en que un mundial se decidirá por el novedoso sistema de desempate con las partidas rápidas, un modelo relativamente reciente. Lo estrenó Anatoli Karpov (Rusia) en 1998 al imponerse a Wiswanathan Annad (India); en 2006 así venció Vladimir Kramnik (Rusia) a Veselin Topalov (Bulgaria); y hace cuatro años, en 2012, Anand se apuntó el trono ante Boris Gelfand (Israel).
Que la final se dispute en Nueva York, y que la prensa estadounidense se haya volcado con este evento, desprovisto ahora de los caracteres de confrontación política sobre el tablero de otras ocasiones, ha contribuido a multiplicar el interés de una final en la que se estrena un novedoso sistema de cámaras de televisión para que los aficionados compren las partidas on line en cualquier lugar del mundo. Se estimaba una audiencia de más de 400 millones de personas de pago en esta final que arranca hoy a las 20:00 hora española, y que podría tener nuevo campeón en 20 minutos.