Los Bucs rompen la racha de victorias en casa de Chiefs
Los de Kansas City pierden por algo poco común en ellos, un error en la end zone, y por algo muy común, la falta de urgencia al final del partido.
Diez partidos seguidos llevaba Kansas City Chiefs ganando en Arrowhead, su estadio. Era la racha más larga de la NFL y una muestra de qué clase de equipo son, fiable y predecible. La derrota frente a Tampa Bay Buccaneers, por 17 a 19, acaba con ambas nociones: la de imbatibilidad y la de fiabilidad.
No fue un partido bonito. Se decidió por detalles. La clave fue un error. Con esa descripción es difícil ver perder a los Chiefs. Pero así fue.
El error al que me refiero es la interecepción lanzada por Alex Smith a la end zone rival y que, agradecido, recogió Chris Conte. Fue un error que tuvo una importancia esencial en el resultado final. Era el último cuarto y los Buccaneers sólo ganaban de dos. De hecho, sólo habían anotado en base a field goals. Roberto Aguayo había metido los cuatro para los que había sido llamado a patear, que en una tarde como la de ayer en la NFL, con récord de extra points fallados, tiene su valor. 10-12 marcaba el resultado provisional, con Alex Smith siendo él mismo el que anotase el touch down de once yardas de carrera.
El caso es que los Chiefs habían puesto en marcha su modo diésel. A su ritmo, sacaban de quicio a la defensa de los Buccanneers, que perseguía sombras. Travis Kelce, que acabó con 108 yardas, se multiplicaba y la anotación parecía inapelable. Ya fuese de seis, de siete o de tres, nada iba a alejar a Kansas City del liderato. ¿Nada? Pues ya lo veis, hasta los más seguros cometen errores en esta liga.
En el drive subsiguiente, Jameis Winston siguió con su vicio favorito, que es mirar todo el rato a Mike Evans. A veces le sirve, porque el receptor es una absoluta megaestrella y para demostrarlo sumó 105 yardas. Pero otras veces le limita como pasador y le hace fácil de parar. Así ocurrió en muchos drives, pero no en este del último periodo que concluyó con Alan Cross anotando un touch down que ponía dos anotaciones de ventaja para los bucaneros.
Quedaban unos ocho minutos y aquí vino el pecado capital de estos Chiefs a morderles de nuevo. Tardaron una eternidad en mover las cadenas y, aunque Albert Wilson sumó seis puntos más (siete con el extra point), sólo se dejaron dos minutos y 27 segundos en el reloj. Eso es vivir al límite: un sólo primer down de Tampa Bay les condenaba. Y lo consiguieron en un tercero y tres para... sí, claro, Mike Evans.
Los Buccaneers se posicionan como la alternativa más clara a los Atlanta Falcons en la NFC Sur, mientras que los Chiefs se quedan como ese buen equipo que va a perder si comete algún error porque no tiene velocidad ni aceleración para sobreponerse. En el fondo, nada que no supiéramos de ambos.