-Han pasado tres meses de su oro olímpico en Río. ¿Lo ve de otra manera? -Soy más consciente. Todos los actos, homenajes, la medalla al Mérito Deportivo... hacen que me sienta muy orgulloso. Recuerdo el momento de estar en el podio y pensar: ‘Debo grabar a fuego esto, porque es posible que no lo vuelva a vivir’.
-Lo vivió con Saúl Craviotto, para el que subir a lo más alto no era novedad. -Para mí no sólo era mi primera medalla... ¡Eran mis primeros Juegos! Él me ayudó a concentrarme. También me guió tanto en la preparación, que al final es lo más importante. Junto a él he aprendido mucho y me ha ayudado a no desviarme de mi objetivo. Ha sido una gran experiencia.
-¿Cambia la vida lograr la gloria olímpica?
-Sí. Es innegable la repercusión. Desde un punto de vista personal, me siento satisfecho cada día que me levanto. No sólo he logrado mi sueño, sino que he entrado a formar parte de la historia.
-Pero, de repente, pasan los Juegos y se encuentra con problemas para lograr patrocinador... -Eso sí que me cuesta entenderlo. Durante los Juegos todos los españoles se sienten identificados por los deportistas que compiten por su país. Y un mes después se olvida. No se tiene en cuenta que es el momento de empezar de nuevo a construir lo que nos volverá a representar en 2020. Parece que sólo se compite en año olímpico y lo demás no importa. Eso sí es un poco triste.
-Porque usted ya está manos a la obra... ¿Sigue pensando en seguir en equipo o se plantea pasar a individuales? -Ya he vuelto a la rutina con el grupo de mi entrenador, Miguel García, en Asturias. Los rivales tampoco paran y yo, aunque me lo quiero tomar con más calma, que un ciclo olímpico es muy largo, sí me gustaría estar en grandes citas como Europeos o Mundiales. En cuanto a la modalidad, las mejores sensaciones de mi carrera las he logrado en equipo con Saúl. Y el K-1 por ahora es suyo. Pero no lo descarto si se da la oportunidad.
-¿Cómo a un venezolano le dio por el piragüismo? Me trasladé con 10 años a Galicia y allí empecé con 12. Luego también estuve en la residencia Blume de Madrid...
-¿Fue entonces cuando pasó por el programa ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’? Fue un verano en el que ya había acabado la temporada. Y me divertí mucho. Nunca me distrajo de mi objetivo, el deporte. Y creo que no hice nada de lo que deba arrepentirme (risas).
-¿Por qué motivo le reconocen más, por aquella experiencia o por el oro olímpico? Antes mucho más por aquello. Ahora me alegro de que me paren más por el oro. La gente es muy cariñosa cuando se trata de deporte y de representar al país en unos Juegos.
-Su pareja, Irene Junquera, también es conocida. ¿Supone algún problema en su vida diaria? Alguna vez nos han seguido paparazzi... Pero no nos incomodó. Ella es muy profesional en su trabajo, yo intento hacerlo bien en lo mío. Encajamos bien. Vivo un buen momento personal y deportivo.
-¿Y es futbolero? ¡Sí, mucho! Y viene de familia. Mi abuelo jugó en la Vinotinto en los 70. Pero yo me he criado aquí y me tira más la Roja... ¡y el Real Madrid!