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Semana 10

Los pronósticos de la décima semana de la NFL y algo más

Steelers y Cowboys reavivan su añeja rivalidad en momentos muy distintos de sus respectivas temporadas.

Ciudad de México
BALTIMORE, MD - NOVEMBER 6: Quarterback Ben Roethlisberger #7 of the Pittsburgh Steelers tosses the ball to teammate running back Le'Veon Bell #26 against the Baltimore Ravens in the second quarter at M&T Bank Stadium on November 6, 2016 in Baltimore, Maryland.   Rob Carr/Getty Images/AFP
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Rob CarrAFP

Creo que si Donald Trump puede ser presidente, yo también debería postularme. En verdad, no veo motivos para no hacerlo.

Juzguen ustedes mismos mi campaña. Semana tras semanas les hago promesas que ambos sabemos que no voy a cumplir, y sin embargo me siguen leyendo, tengo seguidores y detractores. Hay quienes lo expresan y hay quienes me siguen o me odian en silencio. Soy un incitador a la violencia.

Al igual que Trump, discrimino abiertamente, pero en mi defensa, se trata de los Browns. Una semana digo una burrada y a la otra semana digo otra peor y no pasa nada. Prohibiría apostar en contra de Cleveland o Jacksonville. Deportaría a Mark Sanchez. Destrozaría el contrato de Brock Osweiler con los Broncos y decretaría a Tony Romo como titular en Dallas.

Y me burlaría de qué Cam Newton se queja de que le pegan. Sí, ya me vi. Podría ser presidente.

Presidente DeTocho. El que en los pronósticos, no pasa de ocho.

Cumplo con todos los requisitos, solo me hace falta ser estadounidense, pero esos papeles se consiguen rápido en México acudiendo con las personas correctas.

Solo me falta la peluca estrafalaria, un edificio con mi nombre (que no sea un reclusorio) y que la fama me otorgue privilegios indecibles con el sexo femenino, y obvio que mi esposa me lo perdone. Fuera de eso, Trump vete preparando que en cuatro años voy por ti.

Y en lo que pasan esos cuatro años, los pronósticos de esta semana.

Falcons (6-3) en Eagles (4-4): Los Eagles son algo así como la princesa Fiona. Pueden verse muy bien o todo lo contrario. En sus cuatro triunfos han permitido un total de 37 puntos, en sus cuatro derrotas les han encajado 108 machacantes. No encuentro algo más contrastante que eso desde que vi a Eddie Vedder hacer un dueto con Beyoncé.

Por si fuera poco, de sus cuatro victorias: Browns, Bears, Steelers y Vikings, solo Pittsburgh tiene un boceto de ofensiva, los otros tres no alcanzan ni el término de caricatura, por lo que los Eagles parecen ser más maquillaje que belleza natural.

El problema es que el domingo tienen una cita con un tal Matt Ryan, que no solo está rompiendo la al mismo ritmo que Vince Wilfork rompe calzones, sino que además viene con 10 días de descanso luego de masacrar a Tampa Bay.

Si los Eagles tienen la esperanza de que Ryan no salga en su día, son tan inocentes como yo cuando juego a la lotería. Los Falcons no han bajado de los 23 puntos en un partido esta temporada. Y el mito de que Matt solo funciona bajo techo ya fue desmentido con triunfos en Oakland o Denver (4-1 de visita esta campaña).

Los Eagles solamente tienen una opción, recuperar a la mejor versión de Carson Wentz, aquel que no cometía errores y no el que tiene cuatro intercepciones en sus últimos tres partidos. Para ello necesita que el ataque terrestre vuelva a funcionar y así evitar que Wentz vaya al aire más de 40 veces como ha ocurrido en las últimas dos derrotas. Bueno, tres. Falcons por 6.

Cowboys (7-1) en Pittsburgh (4-4): La semana pasada Ben Roethlisberger no podía mover ni un carrito de supermercado. Pero supongo que Mike Tomlin pensó que medio Ben era mejor que todo un Landry Jones. Tiene sentido, en teoría, no así en la práctica y Pittsburgh hilvanó su tercer descalabro.

Ahora Roethlisberger luce saludable. Antonio Brown no ha explotado en varias semanas y Le’Veon Bell sigue dando muestras de talento a cuentagotas. El ataque de Pittsburgh no da un juego completo desde la sacudida a Kansas City en la semana 4. En casa, ante un peso completo y un rival histórico es buen momento para revertir la tendencia.

El detalle es que van contra de, tal vez, el equipo más confiado de la NFL. El de los dos novatos maravilla, el de la línea indestructible y la afición soñadora. Pero no debería ser tan fácil. Primero, Tony Romo está activo y si alguien es capaz de arreglar algo que no está descompuesto es Jerry Jones, y si no está Jones, lo remiten con Jason Garrett.

Suponiendo que no haya sorpresas y Prescott sea el titular, salvo la cinta XXX que les filmó Jay Ajayi, la defensiva contra la carrera de Pittsburgh se ha mostrado decente hasta cierto punto, así que Ezekiel Elliott va a tener que batallar por sus yardas.

¿Dak Prescott quiere tener un tiroteo con Ben? De acuerdo, denle dos pistolas, de otra manera sería injusto. Steelers por 5.

Seahawks (5-2-1) en N. Inglaterra (7-1): Pete Carroll duerme todas las noches viendo una foto de Marshawn Lynch y otra de Malcolm Butler pensando en lo que pudo ser y no fue. En el Lombardi que entregó en un slant. Pensando en las épocas en las que su ofensiva funcionaba.

Como han cambiado los tiempos. Hace apenas dos años de ese Super Bowl, y desde entonces, Tom Brady fue suspendido, Bill Belichick se reveló como ferviente admirador de Donald Trump, la defensiva de los Seahawks le permitió 25 puntos a un equipo comandado por Tyrod Taylor y Russell Wilson solo tiene 10 yardas por tierra más que Brady.

Las cosas son tan distintas que si les digo que los Seahawks vienen de permitir 25 puntos en juegos consecutivos y que a los Pats solo les han llegado a esa cifra una vez en el año (precisamente también los Bills), me acusarían de estar loco. Pero es cierto, tan cierto como que los Pats llegan al juego con una mejor defensiva, al menos estadísticamente, que Seattle.

Del ataque ni que decir, Brady tiene un margen de touchdowns a intercepciones de 12-0, un ridículo rating que equivale al número de sentadillas que yo he hecho en toda mi vida: 134. Y está en una misión. La ofensiva de los Patriots no va a tomar prisioneros, ni a grabarlos, ni a desinflarlos, los va a destruir. Y el domingo es un buen día para mandar otro mensaje. Pats por 6

Y como terminando este texto rompo la dieta, nos apuramos con los TurboPicks:

Browns (0-9) en Baltimore (4-4): ¿Qué es Café y apesta? Ah, se me fue la palabra... ya me acordaré. Ravens por 7.

Packers (4-4) en Tennessee (4-5): La tercera mejor ofensiva terrestre contra la mejor defensa contra la carrera y yo pensando en Olivia Munn. Packers por 8.

Vikings (5-3) en Washington (4-3-1): Tras lo ocurrido el martes, los Vikings no son lo peor que llega a Washington. Skins por 3.

Bears (2-6) en Tampa Bay (3-5): He pasado junto a árboles más carismáticos que Jay Cutler. Bucs por 6.

Chiefs (6-2) en Carolina (3-5): Mis jefes son mejores que los de Kansas City. (Yo buscando un aumento). Panthers por 2.

Rams (3-5) en NY Jets (3-6): Les juro que no tienen que ver este juego, hay otros siete en el mismo horario que son mejores que este. Jets por 4.

Texans (5-3) en Jacksonville (2-6): Bueno, tampoco tienen que ver este. Texans por 3.

Broncos (6-3) en N. Orleans (4-4): El único milagro que se le atribuye a estos Santos es recibir menos de 30 puntos por partido. Broncos por 5.

Dolphins (4-4) en San Diego (4-5): No había visto una lucha tan apretada por ver quién es el menos mediocre desde las elecciones del martes. Fins por 3.

49ers (1-7) en Arizona (3-4-1): Les llaman los 49ers porque no pasan de la yarda 50. Cardinals por 12.

Bengals (3-4-1) en NY Giants (5-3): A.J. Green y OBJ. Por fin un motivo para no odiar los lunes. Giants por 5.

Eliminator/Survivor: Cardinals. Cuando los Browns ya no están disponibles, San Francisco siempre será el plan B.

Hoy no salen a jugar: Bills (4-5), Lions (5-4), Colts (4-5) y Raiders (7-2)

La semana pasada: 9-4

En la temporada: 78-48-2