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TRUMP Y EL DEPORTE

Promotor de Tyson y amistad a prueba de un lío de faldas

El famoso púgil es fiel a Donald Trump desde gace muchos años, pese a que una vez le acusó de haberse acostado con su mujer, Robin Givens.

Actualizado a
Donald Trump (izquierda), con Myke Tyson (derecha).

La amistad de Donald Trump con Mike Tyson perdura a prueba de bombas. Y de escándalos. Poco importa que el campeón de los pesados más joven de la historia dilapidara cientos de millones de dólares en cocaína, alcohol, mujeres y lujo. Ni que fuera condenado a seis años en prisión por la violación de Desirée Washington, una joven de 18 años participante en el certamen Miss America.

Iron Mike es fiel al millonario y el candidato al exboxeador desde hace casi 30 años, cuando un joven Trump hizo de promotor del combate de Tyson contra Leon Spinks en 1988 (le duró 91 segundos, por cierto). “Todos los tipos duros me ayudan, y me gusta que me apoye Tyson”, se alegra el empresario de Queens. “Cuando le veo, él aprieta mi mano y respeta a mi familia. Ningún otro político, ni Obama ni nadie, hace eso. Si puedo convencer a 200.000 de que lo voten, lo haré”, le devolvió el cumplido el boxeador.

Trump defendió al púgil del Bronx cuando fue condenado. “Fue injustamente castigado. Tenía una mujer joven en la habitación del hotel por la noche, que llegó por voluntad propia...”, le excusó el político, que ha dejado muestras de su carácter machista y misógino durante la campaña.

Su amistad resistió un episodio que pudo hacerla volar (incluso también la cabeza de Trump) por los aires. Lo cuenta Harry Hurt en su libro Lost Tycoon. Un año después de conocerse, Tyson se plantó en el despacho de la Quinta Avenida de Trump con un Vogue en la mano en el que aparecía una foto de su esposa, Robin Givens, en un yate del magnate. “¿Te la estás tirando?”, le preguntó enfadado. “Ella te es leal y lo demás es mierda”, le tranquilizó... y hasta hoy.

El boxeo hispano dio la espalda con 'No Trump'

Donald Trump asegura que, de ganar las elecciones, construirá un gran muro entre EE UU y México para frenar la inmigración y deportará a miles de hispanos... la gran comunidad que alimenta el boxeo que, excepto Mike Tyson, tiene a casi todo el aparato contra el republicano. Bob Arum, el gran promotor que hizo grande a Holyfield, Foreman, De la Hoya o Manny Pacquiao, bautizó la cartelera del pasado mes de abril encabezada por el filipino y Tim Bradley como ‘No Trump’ e introdujo en ella a una mayoría de púgiles hispanos. “Cuanto más seguidores aleje de él, más orgulloso estaré. Sé a quién apela y, si ellos son sus simpatizantes, que se queden en casa o no compren la pelea”, avisó el viejo zorro (84 años) Arum. En la última semana, grandes campeones como Julio César Chávez, Mano de Piedra Durán o Carlos Zárate han pedido en un vídeo el voto a Hillary Clinton.