El programa se sustenta en un intenso trabajo de visionado de las tres horas de bruto que se envían de cada campo. Luego llega el turno de debatir y escoger. Y por encima de todo, de apostar por la variedad de contenido. “El reto es sacarle una sonrisa al espectador. No todo son debates sobre el Madrid y el Barça. Entiendo que estén por encima, pero hace falta oxigenar. Le damos el mismo protagonismo a todos los equipos. Somos una nueva generación de periodistas que viene a currárselo y que pretende demostrar que se pueden hacer otro tipo de programas”, insiste. De ahí un auténtico carrusel de historias y personajes. Como la abuela del Granada, el niño speaker del Villarreal o el conductor del Numancia que guarda una moto en el maletero del autobús.