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AFC Este desde dentro

Ajayi asume el control de la ofensiva Dolphins

El corredor de los Dolphins superó las 200 yardas por segundo partido consecutivo y volvió a llevar sobre sus hombros el ataque de Miami.

Ajayi asume el control de la ofensiva Dolphins
AFP

Apasionante duelo en el Hard Rock Stadium en el que a falta de un alto nivel de juego hubo intensidad y emoción a raudales. Los Buffalo Bills volvieron a la senda de la derrota tras un último cuarto inolvidable en el que los Miami Dolphins les borraron del campo ofensiva y defensivamente. Así, la AFC Este vuelve a su estado más habitual, con la clase media luchando a cara de perro mientras los Patriots mantienen su camino hacia lo más alto sin problema.

Por suerte, no todo fueron golpes feos como el de Jarvis Landry a Aaron Williams o broncas y tanganas como las que inundaron el final del partido. Fue un partido dominado por unos cuantos nombres propios. El primero por supuesto el de Jay Ajayi.

El corredor de los Dolphins superó las 200 yardas por segundo partido consecutivo y volvió a llevar sobre sus hombros el ataque de Miami. Aunque sería injusto no destacar igualmente a su línea ofensiva que, a pesar de tener sus altibajos, controló muy bien la línea de scrimmage y se impuso al front seven de Buffalo en los momentos clave.

No se complicaron mucho. El juego de carrera es una cuestión de números y nivel de ejecución. Si tienes más bloqueadores que defensores que bloquear la cuenta es sencilla; si tienes los mismos o menos, dependerá de lo bien que lleven a cabo sus bloqueos los hombres de la línea el hueco que conseguirás para tu corredor.

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El primer ejemplo es una carrera del segundo cuarto. Los Dolphins sacan un línea ofensiva extra que junto a dos tight ends (uno de ellos alineado detrás de la OL) suman ocho jugadores para bloquear para Ajayi. A esto, los Bills responden bajando a un safety, juntando así ocho jugadores en la caja. A igualdad de números, la jugada depende de la ejecución y en este caso es perfecta por parte de los Dolphins. Como vemos, en la mitad inferior, cada jugador se encarga de un defensor y abren un camino limpio que Ajayi convierte en un primer down sencillo.

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El segundo ejemplo es la carrera de 53 yardas de Ajayi que empezó la remontada de Miami. En este caso nos fijamos en el lado derecho. Cuatro contra cuatro. Esta vez, los bloqueos no son tan buenos y a Jermon Bushrod se le escapa ligeramente Preston Brown. Ahí es donde aparece el talento del corredor para salvar ese primer contacto y escapar al segundo nivel donde vuelve a hacer de las suyas y se va hasta mediocampo.

En defensa, con la notable ausencia de Reshad Jones (baja para lo que queda de temporada), los destacados fueron los que se espera en todos los partidos de los Dolphins. Ndamukong Suh y Cameron Wake le dieron la tarde a la zona derecha de la línea ofensiva de Buffalo. Muchos problemas para Jordan Mills que se vio constantemente superado por Wake. A Suh y Wake hay que sumar a Andre Branch y Jordan Philips que de forma menos llamativa pero igual de efectiva completan una buena línea defensiva.

El que no termina de rendir al nivel esperado es Ryan Tannehill. Es cierto que al nivel que está jugando Ajayi, su equipo no necesita actuaciones estelares pero si sigue jugando en la cuerda floja acabará pasándole factura. Su principal déficit son los pases profundos, una faceta del juego que no ha mejorado desde que llegó a la NFL a pesar de tener un brazo con potencia de sobra.

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Contra los Bills lanzó tres pases largos que podrían haber sido interceptados. El ejemplo es el primero de ellos. Kenny Stills tiene un par de metros de ventaja sobre Corey Graham pero cuando ve el balón yendo hacia él tiene que empezar a frenar porque el pase va muy corto y acaba dando tiempo al cornerback para llegar al receptor a la vez que el balón y forzar el incompleto.

Este tipo de pases son una constante en Tannehill. Mete tanto aire debajo del balón que por toda ventaja que consigan sus receptores acaba siendo siendo inútil porque la defensa recupera.

Otro de los pases profundos fue el touchdown del mismo Stills. Una jugada en la que el receptor, de nuevo, tiene que ajustar al pase corto de su quarterback con la fortuna de que en esta ocasión el CB no reacciona bien y además se lleva por delante al safety dejando vía libre a la endzone.

El ataque de los Dolphins no es sostenible si Tannehill sigue cometiendo estos errores. Por muy bien que esté corriendo Ajayi, no puedes ganar de forma consistente en la NFL con un QB que regala balones. Que se lo pregunten a sus compañeros de división si tienen alguna duda, ¿verdad Fitzpatrick? En una temporada en la que lo más importante es encontrar la base del futuro de la franquicia, Tannehill está más cerca de la rampa de salida que de cimentar su puesto de titular.

Por último, dos linebackers de los Bills, firmados para dar profundidad al puesto, están siendo los mejores jugadores de esa defensa. Lorenzo Alexander, veterano de mil batallas, en su novena temporada y en su sexto equipo, lidera la NFL en sacks con nueve en siete partidos. Zach Brown, elegido por los Titans en segunda ronda en 2012, lidera la liga en placajes con 74. Si ves un partido cualquiera de los Bills, no paras de escuchar el nombre de estos dos jugadores.

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Normal viendo de lo que son capaces. Ahí están los dos ocupando el backfield de los Dolphins con una facilidad pasmosa. Atención al ángulo del cuerpo de Alexander. Solo por su esfuerzo incansable merece la pena seguir a estos Bills.