Andy Reid, el especialista de la bye week en la NFL
Tras el partido en Oakland el récord de Andy Reid después de la bye week demuestra algo más que suerte o rosters competitivos.
No me gusta Andy Reid. Ese dicho en el fútbol americano que dice que los equipos juegan con la misma personalidad que su entrenador es más acentuado cuando hablamos del bueno de “la morsa”. El tipo ya tiene una buena carrera tras de sí. Éste 2016 afronta su decimoctava temporada -que se dice pronto- y pocos entrenadores recuerdo que impriman tanto su personalidad en los equipos que dirigen año tras año. Pero es que la personalidad de Reid es aburrida. Solo hay que ver sus soporíferas ruedas de presa o su competición con Caldwell por ser, en la banda, el head coach menos expresivo de la liga.
Tengo que reconocer que su estilo de juego basado en la West Coast Offense en su versión menos atrevida a veces me llega a desesperar. Cierto es que se trata de un head coach bastante pasador a nivel estadístico, pero muchos de esos pases son a runningbacks en busca de screens o pases de seguridad a la zona flat o al jugador de checkdown. En ataque es muy cuadriculado y por ello siempre juega a lo mismo y con el mismo perfil de jugadores. Un quarterback funcional que no sea una estrella, runningbacks que sean buenos recibiendo, una línea más o menos eficiente y receptores más veloces que grandes. Vaya, un entrenador previsible pero que ha recogido algo de éxito y victorias en su camino. No conozco ni he oído a nadie, aficionado o periodista, que sea devoto suyo ni lo defienda.
Pero hay algo que sí debemos reconocer todos. Su registro de victorias tras las bye weeks es casi impecable. En sus 18 temporadas como head coach ha conseguido un récord de 16-2 en partidos posteriores a esa semana de descanso -solo Mike McCarthy, entrenador de Packers se le asemeja con 9-1, pero con 8 partidos menos-. De las 16 victorias de Reid, además, las primeras 14 fueron seguidas obteniendo un récord absurdamente perfecto con los Philadelphia Eagles. Luego vino una derrota ante Falcons en 2012 -cortando la racha con los Eagles- y otra ante Broncos, ya a los mandos de los Chiefs. Tras este periodo de socavón, llegamos a las victorias de las 2 últimas temporadas.
El año pasado, os acordaréis, tras la semana de descanso visitaron en Denver a los que serían los campeones de la Superbowl. Comandados por Peyton Manning, los Chiefs hundieron el juego de carrera de Broncos obligando a Manning a pasar con presión. Mucha presión. Y el futuro Hall of Famer perpetró el peor partido de su carrera -y uno de los peores que mis ojos han visto en un quarterback NFL-, que terminó sentando a Peyon en el banquillo sin poder finalizar el encuentro. Casualidad? Para nada. Supo parar y descabalgar el dink and dunk que hacía muy difícil presionar a Manning a la vez que detener su juego terrestre. Lo estudió perfectamente y aplicó el tratamiento.
Éste fin de semana los Chiefs han visitado a los Raiders. El equipo de Oakland es uno de los equipos más anotadores de la liga. Su juego aéreo parece que funciona. La conexión de Derek Carr con sus receptores está muy bien trabajada y sincronizada hasta el punto de que Crabtree está cuajando la mejor y más seria temporada de su carrera. Pero Reid llegó tras la jornada de descanso, como siempre, preparado. Planteó un partido que golpeara la mayor debilidad de la unidad defensiva de los de Oakland, la defensa contra la carrera. Los Raiders han cambiado 3/4 partes de su secundária, si, pero del inicio de temporada a ayer han ido cambiando el sistema defensivo de una 3-4 inicial a una 4-3 híbrida que tan buenos resultados parecía dar el año pasado, en una suerte de giro de guión que evite las abultadas anotaciones que estaban recibiendo. Además, casi la mitad de los nombres que iniciaron en la semana 1 ante Saints, han sido relegados a la suplencia y otros ocupan su lugar. Muchos cambios. Y eso va a costar tiempo de ajustar. Pero el agujero de esa defensa, como ya comenté en otro artículo, sigue estando en el middle linebacker. Cory James lo está haciendo sorprendentemente bien, pero en la semana 5 le cambiaron su pareja de baile otra vez y se notaron algunos desajustes -los normales cuando los snaps jugados juntos son escasos-. Eso lo vió muy bien Reid que puso a su equipo a correr como si no hubiera un mañana -volviendo loco a James que lo veías de un lado al otro del campo-. En defensa, puso a su mejor cornerback, Marcus Peters, cubriendo a Crabtree en vez de a Cooper. Cortar ese pase de seguridad al go to guy de Derek Carr fue clave para que los terceros downs de Raiders no funcionaran. Cierto es que la tormenta que azotó la bahía no favorecía los intereses locales, pero el mayor factor de la victoria de Kansas City no fue ese, fue la bye week.
No me gusta Andy Reid. Pero del mismo modo que si tuviera que elegir un quarterback para un two minute drill ganador -elegiría a Tony Romo sano-, o un runningback para un 4th and goal -elegiria a Frank Gore sin dudarlo un instante-, para preparar un partido después de una semana de bye, mi elección sería Andy Reid. Aunque no me guste.