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Patriots 35 – Bengals 17

New England empieza sufriendo y termina arrasando con Brady

Tom Brady volvió a dar otra lección magistral en cuanto su línea ofensiva consiguió ajustarle y le dio tiempo suficiente para conectar con Gronko y Bennett.

New England empieza sufriendo y termina arrasando con Brady
Greg M. CooperUSA Today Sports

Durante los primeros minutos todos los fantasmas sobrevolaron Foxboro. La línea ofensiva de New England volvía a ser un coladero, y Tom Brady no paraba de correr por su vida. Las carreras interiores de Hil y Bernard entraban por el medio desarbolando el front seven local y Andy Dalton completaba a placer, sobre todo quemando a Logan Ryan, incapaz de cubrir a un solo receptor. No era un asunto de pánico, pero sí daba la sensación de que la vuelta de Brady había relajado la disciplina espartana que había definido al equipo de Belichick durante todo el mes de septiembre.

Lo curioso es que, pese a todos esos agujeros, los Patriots no solo se adelantaban con un field goal de Gostkowski de 46 yardas, sino que conseguían parar cuatro veces a los Bengals a una yarda de la línea de anotación. Incluso cuando las cosas no acaban de funcionar, los Pats saben sacarse ases de la manga. Que si hasta entonces las carreras interiores les estaban destrozando, las tres veces que Cincinnati intentó ganar esa yarda corriendo por dentro fue frenado en seco.

Sin embargo, poco después llegaba un touchdown de carrera de Dalton que adelantaba a su equipo 3-7. Los Patriots echaban mucho de menos al rookie Elandon Roberts, que estaba jugando un partidazo supliendo a Jamie Collins, pero que tuvo que abandonar el partido poco después de comenzar el segundo cuarto por un golpe en la cabeza y ya no volvió hasta la segunda mitad.

Cuando más colapsado estaba el ataque de New England, con Brady agobiado por la presión y la línea hundiéndose casi en cada jugada, llegó una penalización salvadora de Kiekpatrick a Hogan (curiosamente otra penalización similar entre ellos en la segunda mitad también fue decisiva). Hubo un antes o después de ese pañuelo, porque justo entonces apareció el Tom Brady desatado de los mejores momentos, imparable, que ya no paró de crear magia hasta el final del partido y que adelantó 10-7 a los suyos con un pase de 15 yardas a White. Parecía increíble. Los Bengals habían jugado mucho mejor en la primera mitad, Dalton había completado casi todos los pases que había intentado, la defensa de Cincinnati parecía tenerle cogida la medida al partido y, sin embargo, New England se iba a descansar por delante.

Tras el descanso, parecía que los Bengals seguían con el viento a favor. Se adelantaron 10-14 con un touchdown de LaFell, pero fueron las últimas bocanadas de un equipo que se sentía mejor sin saber que ya era un cadáver. Poco después del touchdown, Dalton sufría un safety de Hightower, inmenso durante toda la segunda mitad. De ahí hasta el final, el quarterback de Cincinnati ya estuvo permanentemente agobiado, sin el tiempo y la soltura de la primera mitad. Seguía encontrando con cierta facilidad al receptor cubierto por Logan Ryan, que tuvo una actuación horrible, pero para ganar el partido estaba obligado a aguantar el ritmo de Brady, y eso era imposible.

El quarterback de New England prácticamente no usó a sus tight ends en la primera mitad, pero tras la anotación de los Bengals el partido se convirtió en un concierto entre él, Bennett y Gronkowski, que acabó el partido con unos números impresionantes (162 yardas y un touchdowns), que pudieron ser mejores si no se hubiera pegado con media defensa rival, e incluso con Belichick, que terminó por sacarle del campo una jugada para intentar tranquilizarle. Brady completaba a placer, cambiando las lecturas a ritmo vertiginoso, sorprendiendo siempre con el pase más inesperado, y dando otra lección de football con 29 de 35 completados, 376 yardas y tres pases de touchdown, el último de los cuales fue también para White (14-25), que cada vez rinde mejor en su papel de receptor desde el backfield, aunque tiene que mejorar, y mucho, en los bloqueos tras la línea.

El último cuarto prácticamente sobró, mientras la defensa de Cincinnati perdía completamente la concentración y se enzarzaba en permanentes tánganas que recordaron su peores momentos del año pasado. Una falta de disciplina que nos devuelve lo peor de la última etapa de la franquicia. Tras un arranque de temporada demasiado gris, los Bengals necesitan reinventarse si quieren sobreponerse a un récord 2-4.

Antes del final todavía hubo un field goal para cada equipo (28-17), y entre montonera y montonera Legarrette Blount culminó una gran actuación de 13 carreras para 50 yardas, y 20 yardas de pase con un touchdown que dejó el marcado final en 35-17. A esas alturas nadie se acordaba de que en los primeros minutos sobre Foxboro sobrevolaron algunos viejos fantasmas. Tom Brady los conjuró en cuanto desplegó su magia.

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