Lo mejor de la semana 5 de la NFL en una foto y una frase
Ya solo queda un equipo invicto, los Vikings, ya han vuelto Tom Brady y todos los sancionados, eso significa que ya estamos todos y la fiesta promete ser loca.
Los invictos caen como escaramujos y en la NFL 2016 ya solo queda un equipo perfecto. Los Minnesota Vikings se han sobrepuesto a una riada de lesiones, un terremoto de bajas, para dominar las fuerzas naturales por su convicción absoluta en una filosofía de juego. Mike Zimmer, su entrenador, está de moda, y por ahora cabalga imparable hacia el título de head coach del año (Como sabéis, Belichick está fuera de concurso). Sin embargo, si algo nos está deslumbrando, es un grupo de coordinadores ofensivos que está poniendo la NFL patas arriba. Josh McDaniels, haciendo que el ataque de New England domine incluso sin Tom Brady; Scott Linehan, integrando a dos novatos como Prescott y Elliott para que la ofensiva de Dallas sea simple pero muy efectiva; Kyle Shanahan, convirtiendo el ataque de Atlanta en la mayor y más original máquina anotadora en muchos años (si sigue así terminarán comparando ese ataque con el mayor espectáculo sobre el turf de los Rams); y el inagotable Norv Turner reinventando la ofensiva de los Vikes sin Peterson ni Bridgewater… Todos ellos están formando un póker de ases que acapara los titulares en el primer tercio de temporada.
San Francisco 49ers 21 – Arizona Cardinals 33
Me he descargado este partido y me he guardado el archivo. ¿Para volver a verlo? ¡Dios me libre! Sin embargo, estoy seguro de que en un futuro me servirá como instrumento de tortura. Nadie será capaz de resistir su visionado más de dos veces seguidas sin suplicarme clemencia. ¡Burundanga ovalada! Incluso preferirán ver un festival de Eurovisión. Aunque ahora que lo pienso, si Gabbert sigue siendo quarterback titular en la NFL, todo es posible… Pero viendo quién hay detrás, ¡Por favor, Eurovisión!
Baltimore Ravens 10 – Washington Redskins 16
Si CJ Mosley se hubiera conformado con interceptar el balón y llegar lo más lejos posible, en vez de buscar su minuto de gloria con un touchdown que se convirtió en fumble y touchback, los Ravens probablemente habrían ganado... y Trestman también habría sido despedido.
Cleveland Browns 13 – New England Patriots 33
Seguramente sea una deformación de aficionado viejo, pero yo hace tiempo que veo a estos Patriots fuera de concurso, a su bola, como un extra que ofrece la NFL a los locos que seguimos su competición como regalo por nuestra perseverancia. Y dentro de ese extra, Brady es la guinda. Así que me da igual si jugaron contra los Browns o contra la familia Trapp, que ganaran o perdieran, o cuál fuera la presión exacta del puñetero balón. Yo solo tenía ojos para Brady, y para ser inmensamente feliz durante otras tres horas de football. Y lo fui. Y si alguien no entiende este párrafo, él se lo pierde.
Detroit Lions 24 – Philadelphia Eagles 23
Lo de Matthews no tiene mucho arreglo. El resto de los corredores de los Eagles le están adelantando por la izquierda y por la derecha, y ese fumble que casi decidió el partido, cuando llevaba el balón agarrado con el brazo que iba a sufrir el impacto en un error impropio de un veterano, puede marcar su futuro. Lo que solo quedará en anécdota, porque no es mucho más que eso, es que Wentz sufriera su primera intercepción como profesional en el último lanzamiento de un partido en que el volvió a estar majestuoso. Lo bueno es que habrá aprendido la lección, y que ya sabe que con minuto y medio por delante no hace falta lanzar el balón a lo loco, y es mejor mantener la cabeza fría.
Indianapolis Colts 29 – Chicago Bears 23
Los Bears superaron a los Colts en casi todas las facetas del juego, pero terminaron chocando contra un ser de otra galaxia: Adam Vinatieri. Cinco field goals, dos de ellos de más de 50 yardas (53 y 54), sepultaron a los Bears, que otra vez jugaron como nunca y perdieron como siempre, encontrando la manera de fallar una patada entre palos y sufrir un fumble en los momentos más inoportunos. ¿Y si su solución fuera fichar a Vinatieri?
Miami Dolphins 17 – Tennessee Titans 30
La NFL perdió una oportunidad de oro al no suspender un partido completamente irrelevante, aprovechando que pasaba por allí el huracán Matthew. Es más, sospecho que si después de la suspensión hubieran dejado que corriera un velo sobre el asunto, nadie se habría acordado nunca de si la cosa esa se había celebrado o no. Sin embargo, nos llevamos una sorpresa, e incluso mereció ver el espectáculo de Murray, Henry y Mariota combinándose para 235 yardas de carrera ante la irrelevante defensa de unos irrelevantes Dolphins en los que Tannehill comienza a ser relevantemente horroroso.
Minnesota Vikings 31 – Houston Texans 13
Cada semana está más claro que Brock Osweiler no va a ser la última estación de la eterna búsqueda de un quarterback franquicia por parte de los Texans. Ahora deben estar tirándose de los pelos por no apostar por Bradford. ¡Qué cosas tiene esta liga!
Pittsburgh Steelers 31 – New York Jets 13
Estoy en ese momento de estupefacción en que Brandon Marshall me tiene que explicar que significa el “estamos en la situación perfecta” que dijo tras el final del partido. No sé si es porque Todd Bowles está recibiendo las primeras críticas serias, porque Fitzpatrick puede perder la titularidad en cualquier momento, o porque los Jets están 1-4 y, aunque está a punto de empezar la parte buena del calendario, el vestuario empieza a mostrar síntomas de depresión. Mientras, Big Ben sigue a los suyo, lanzando pases a lo lejos, que si no está Antonio Brown por culpa de sus zapatillas, ya aparecerá Sammie Coates, o el que sea.
Denver Broncos 16 – Atlanta Falcons 23
Me quedo con las ganas de haber visto este partido con Siemian tras el center de los Broncos y el tackle Sambrailo jugando al ciento por ciento. No porque el duelo habría sido más parejo, que también, sino porque me dio la sensación de que al maravilloso ataque de estos Falcons se le sumó una defensa mucho más eficaz que hasta ahora, con Beasley jugando a los bolos con la OL de los Broncos como si fuera Pedro Picapiedra.
Dallas Cowboys 28 – Cincinnati Bengals 14
Zeke Elliott lo hizo tan fácil que no tengo claro si es un genio o si la defensa de los Bengals se quedó en Cincinnati y se presentaron a jugar sus dobles. Hasta el punto, que durante un rato estuve buscando sobre el campo a Geno Atkins porque me parecía imposible que estuviera jugando… ¡Y no fui capaz de encontrarlo!
Los Angeles Rams 19 – Buffalo Bills 30
Me rindo ante Rex Ryan, el único entrenador del universo que es capaz de arreglar su defensa despidiendo a su coordinador ofensivo. Y me rindo con Jeff Fisher, que a falta de casi cuatro minutos, y con dos tiempos muertos, se juega un fake punt en su propia yarda 23.
Oakland Raiders 34 – San Diego Chargers 31
Los Chargers merecen toda mi admiración porque están consiguiendo encontrar maneras de perder los partidos inéditas hasta ahora en la historia del football americano. Ya es una tradición que cuando faltan cinco minutos para que acabe su partido deje todo lo que estoy haciendo para ver intrigado cómo consiguen encontrar ese resquicio que les lleve a la derrota.
Green Bay Packers 23 – New York Giants 16
Ahora que ya ha vuelto Jordy Nelson, y no quedan muchas excusas, quizá haya llegado el momento de preguntarse por qué Aaron Rodgers sigue siendo capaz de crear jugadas geniales, pero le cuesta tanto mantener ese nivel durante todo un partido. Seguro que la respuesta está en la banda, pero lo que en absoluto es culpa de ningún entrenador es que Lelo Manning cometa dos o tres errores de cine mudo por partido.
Carolina Panthers 14 – Tampa Bay Buccaneers 17
No lo creeréis, pero durante un rato largo disfruté como un niño con el juego de carrera de Jacquizz Rodgers con fullback. Pero eso duró poco. Después, todo fue un desmadre de errores sin ton ni son, con algunas lagunas de esperanza cada vez que el balón volaba hacia Greg Olsen (¡¡¡Cómo puedes ser tan bueno!!!) Pero lo peor es que todo el estadio, incluidos los comentaristas de televisión, levantaran la voz asombrados porque Aguayo fuera capaz de meter el field goal de la victoria en el último segundo. Y no creáis que fue una patada de escientasmil yardas: ¡fue de 38! O el mexicano espabila o la patada se la van a dar a él.