Unos encuentros de Wild Card a cara o cruz en las Grandes Ligas
El primer contacto con la postemporada del béisbol nos deja fuertes emociones tras los duelos en Liga Americana y Liga Nacional.
Cuando se piensa en los playoff de la MLB, se tiene la idea de unas series largas que se asemejan a una partida de mus. Hay engaños, la mano cada vez corresponde a un jugador, estrategia, ajustes que hacen que cada partido sea un amarraco en busca del triunfo final. Sin embargo, los Wild Card son una partida a la carta más alta. Cada contendiente elige una carta del mazo y se lleva la victoria aquel que ese día esté más afortunado. Este año, los Wild Card han estado teñidos de color naranja.
Toronto Blue Jays – Baltimore Orioles
Ya escribimos en 'Desde el Bullpen' que la Cyanocitta cristata, denominación en latín del género y especie de los azulejos, es un ave muy ruidosa que se comporta de manera agresiva con el resto de aves, algo que quedó patente con los home run con los que Jose Bautista y Edwin Encarnación, el de éste último en la undécima entrada, finiquitaron el partido y a los Orioles, ave anaranjada.
Es tiempo de migraciones y los Blue Jays se trasladan a latitudes más cálidas, dispuestos a repetir lo que ya hicieron el año pasado, eliminar a los Texas Rangers. Por su parte, los del estado de la estrella solitaria buscan revancha. Se esperan grandes partidos de beisbol y deseamos que Bautista y Odor no repitan su pelea por el título mundial del peso welter
New York Mets – San Francisco Giants
Los Mets visten de naranja en honor a aquellos Giants que residían en New York. Pero ayer no era tiempo de homenajes y melancolía y ambos se jugaron a vida o muerte la última plaza vacante en las Series de División.
Los Mets pusieron en el montículo a Syndergaard y el dios nórdico recibió a los de la bahía desplegando su abanico de virtudes. Las bolas que lanzaba tenían en los bateadores el mismo efecto que la mirada de Medusa, les convertía en piedra. Sólo así se explican los 10 eliminados por strike out. Pero apareció en el Citi Field Madison Bumgarner y su actuación provocó los mismos destrozos que Godzilla en Tokio. Ni una carrera concedió en nueve entradas, algo sencillamente sublime. Cuando nadie lo esperaba, se presentó Gillaspie para, en la novena entrada, colocar el último clavo en el ataúd de los Mets.
Los Wild Card no deben empañar la gran temporada de los Orioles y dejan a los Mets sin poder repetir, al menos, lo logrado el año pasado. Por su parte los Blue Jays demuestran su fortaleza y los Giants empiezan a alimentar la leyenda del año par. Los de San Francisco, con Cueto afinando el brazo, viajan a la cueva de los Cubs que les esperan con las garras afiladas.