Los New England Patriots se olvidan de sus fundamentos
Hacía 20 años que los Patriots no se quedaban a cero en su estadio y ha tenido que llegar Rex Ryan para recordar tiempos oscuros en Boston.
Basta ver el resultado, 16-0, para darse cuenta de que el partido entre New England Patriots y Buffalo Bills del domingo fue raro raro. Hacía 20 años que los Patriots no se quedaban a cero en su estadio y ha tenido que llegar Rex Ryan para recordar tiempos oscuros que pocos fans de New England recuerdan.
El partido comenzó con una jugada que podría haber cambiado drásticamente el desarrollo del mismo. Jacoby Brissett conectó con Julian Edelman en una ruta corta que el receptor llevó hasta la goal line rival. 90 yardas anuladas por una falta de Chris Hogan.
Se observa claramente que el #15 de los Patriots está bloqueando al cornerback antes de que el quarterback haya dado el pase. Es muy poco habitual ver a los de Belichick cometer este tipo de errores de ejecución y más en jugadas como estas, tipo pick-play, en las que son auténticos maestros.
Para hacerlo todavía más extraño, en el siguiente drive, los Bills anotaron su único touchdown en una jugada muy similar a la de Edelman con LeSean McCoy saliendo del backfield y aprovechando un bloqueo de Robert Woods para entrar en la endzone.
No hubo pañuelo a pesar de que se ve igual de bien que en el caso de Hogan que Woods está bloqueando antes de que salga el pase. Eso sí, el de los Bills disimuló un poco mejor abriéndose después de molestar al linebacker, como si fuera a recibir el pase. Jamás pensé que diría esto pero los Bills ejecutaron mejor que los Patriots en dos jugadas que serían definitivas para el resultado final.
A partir de ahí, la primera mitad fue una sucesión de drives de los Patriots que no iban a ningún lado. Dejaron de lado el juego de pase y facilitaron mucho el trabajo defensivo de los Bills que se limitó a apretar en el box. Les salió bien ya que el único drive positivo del rival acabó en un fumble de Brissett.
La situación era óptima para que los Bills abrieran distancia pero tampoco lo hicieron. Eso sí fue más normal. Por muy mal que estuvieran los locales los de Buffalo siguen teniendo una ofensiva limitada y con la, también usual, lluvia de pañuelos apenas sacaron un par de field goals antes del descanso.
A la vuelta del intermedio, los disparates continuaron. Stephen Gostkowski falló un field goal de 48 yardas en la primera posesión del tercer cuarto y ahí se acabó toda producción ofensiva de New England. Por fin, después de tres partidos y medio, se empezaron a ver las limitaciones del sistema sin Tom Brady.
Sin la cadencia ni el acierto del #12 en los pases cortos, los Patriots estaban vendidos y los Bills abusaron de un Brissett que alargaba demasiado su estancia en el pocket. En este particular duelo destacó Zach Brown, el linebacker de los Bills, que se multiplicó para estar en todas partes e impedir cualquier avance rival.
Fue una visión verdaderamente extraña. Ver a un equipo tan disciplinado, tan bien entrenado y tan eficiente frustrado consigo mismo. Porque no fue una actuación dominante de la defensa de Buffalo sino una avalancha de errores que provocó que los Patriots acabaran fallando en todas las fases.
Punts dropados, tackles fallados, pañuelos en ataque… Esas cosas que nunca vemos hacer a los de Belichick, y que condenan a muchos equipos cada jornada, sucedieron el domingo.
Quizás fue la imagen de un equipo que sabía que había cumplido su objetivo y ya estaba pensando en el regreso de su líder. Quizás simplemente fue que no podían competir con un quarterback rookie limitado y eso acabó llevándose por delante el plan de juego. O quizás fue la pericia de Rex Ryan que supo atacar los puntos débiles de los Patriots.
Seguramente fue una suma de todos esos factores pero no puedo evitar pensar que si la jugada de Edelman no se anula y los Patriots se ponen por delante, ahora mismo estaríamos hablando de un equipo invicto. En cualquier caso, esto debe servirles como toque de atención. Con Brady tendrán mayor margen de error pero ni siquiera ellos, los indestructibles Pats, están libres de actuaciones terribles.
Notas del resto de la AFC Este:
- Los New York Jets están sufriendo las consecuencias de tener como titular a un quarterback que hace tres meses estaba tirado en el sofá jugando con sus hijos mientras el resto de la plantilla estaba trabajando. Y ahora están condenados a sufrir con Ryan Fitzpatrick. La falta de ritmo de juego del veterano QB es evidente y aunque no fue el principal culpable de la derrota frente a los Seahawks; tampoco aportó nada para llevar a su equipo a la victoria.
- ¿Qué está pasando en la secundaria de los Jets? Cada jornada hay jugadas en las que vemos a receptores rivales correr solos. El domingo fue Calvin Pryor el que salió en la foto pero cuando esto se repite tanto hay que mirar al banquillo. El siguiente rival son los Pittsburgh Steelers. Si Todd Bowles no cambia algo, las 300 yardas de Julio Jones se van a quedar cortas respecto a lo que va a hacer Antonio Brown.
¿Y Miami? ¿Qué pasa en Miami? El jueves se marcaron un partido de esos que lo mejor es enterrar la grabación y olvidarlo para siempre. Nadie esperaba mucho de los Dolphins esta temporada pero esta imagen es muy preocupante. Y lo peor es que Ryan Tannehill está hundiéndose poco a poco.