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POLÉMICA

Los Cardinals ganan un partido de forma inmerecida

Una pifia generalizada, repartida a partes iguales entre Cincinnati Reds y los árbitros, le da el triunfo a St. Louis que permanece en la lucha por la Wild Card.

Matt Carpenter celebra un triunfo vital para sus St. Louis Cardinals.
Dilip VishwanatAFP

Una cosa que quede clara. No hay animadversión hacia los St. Louis Cardinals, una de las franquicias históricas de este deporte y mejor gestionadas desde hace varios lustros. El modelo de organización de los Cardinals es uno a seguir, uno que les ha permitido estar presentes en los playoffs o rondándolos año sí, año también. Esto es un enorme mérito para un mercado mediano, que tiene que competir contra otros clubes muchos más poderosos y cuyos márgenes para el error son mucho mayores que los de Missouri.

Precisamente ese margen de error, el componente humano entró en juego en la victoria agónica de los Cardinals sobre los Cincinnati Reds, un triunfo que les permite seguir la estela de Giants y Mets en la lucha por las dos plazas de Wild Card y uno que, si bien podría haberse conseguido poco después, nunca debió tener el desenlace que tuvo.

Nos situamos. Después de ir ganando 3-1 durante gran parte del último encuentro que les enfrentaba a los Reds, los Cardinals ven como su ‘maldición’ particular en su propio feudo vuelve a hacer de las suyas. La reacción de los visitantes se completa en la novena entrada, dejando en una situación muy precaria a los Cardinals, que pueden no aprovechar que los Mets han perdido sino que los Giants se imponen en su último duelo de la serie contra Colorado.

Pero hete aquí, que los Cardinals en la parte baja de la novena y última oportunidad en tiempo regulado, colocan a Matt Carpenter en primera y la opción es para Yadier Molina con dos jugadores eliminados. Mucho más al límite no se puede estar.

El boricua consigue conectar una bola profunda a la izquierda, una que tiene opciones de ser el final del partido salvo porque Carpenter no ha reaccionado muy bien de primeras. Sin embargo, la acción sigue y Carpenter entra de rodillas para certificar ese triunfo agónico y necesario para los Cardinals.

¿El problema? Esa carrera nunca debió de haber subido al marcador porque la pelota había rebotado en una zona del campo que supone automáticamente dos bases para el bateador y otras dos para el corredor, esto es, segunda y tercera ocupadas con dos eliminados. La oportunidad está ahí, pero hay que aprovecharla, en lugar de victoria automática.

No sería justo cargar las tintas contra Bryan Price, técnico de los Reds que estuvo lento a la hora de buscar a los colegiados, ni en los propios árbitros del partido, que tienen que echar mano del video para revisar una acción, que algo de importancia tiene, tanto porque es la que decide el triunfo eventual para los Cardinals, sino que se trata de un encuentro 159, que no es baladí.

Este suceso nos viene a demostrar que el uso del video todavía no está afinado y que ciertas reglas (y aptitudes) deben ser algo más flexibles, porque lo que está en juego es crucial.

De acuerdo que el equipo perjudicado está lento en su reclamación, pero no me negareis que el argumento de que “no se escuchaba el teléfono para solicitar la revisión por el ruido que había en la celebración de la victoria del equipo local” tiene traca. Y que el grupo de colegiados, que ya se encaminaba hacia los vestuarios, se niegan en redondo a volver al campo (supongo que tendrían ganas de darse una ducha e irse a casa, al hotel o a donde fuera) o que que ellos mismos, de oficio, sean los que revisen la jugada, que están en su derecho y que es su obligación, aparte de ser flexibles en el margen de 10 segundos para manifestar alguna objeción y 30 segundos para pedir la revisión en firme.

¿Os imagináis que los Cardinals consiguen forzar un partido de desempate o jugar el Comodín como resultado de esta decisión? Seguro que a Giants o a Mets no les haría mucha gracia, aunque Hunter Pence se ha apresurado a quitarle hierro al asunto y que estas apreturas que hay en la lucha por la Wild Card es lo que lo hace muy divertido.

Los errores arbitrales, que están ahí porque no dejan de ser seres humanos que hacen una labor extraordinaria, ya han condicionado encuentros en anterioridad para los Cardinals. Todavía se recuerda la esperpéntica decisión del ‘infield fly rule’ en aquel encuentro de Wild Card en 2012 contra los Braves y que desencadenó una de las reacciones más vergonzosas por parte de una afición.

Para saber si esta pifia tiene su impacto o no, tendremos que esperar unos pocos días. Sólo confiemos en que si una situación así vuelve a presentarse, todas las partes estén un poco más atentas y dispuestas a aprovechar las ventajas que la tecnología ofrece, que para eso están.