Entre Andersson y Gonzalo el Barça frena al Naturhouse
22-24. Los azulgrana sacan adelante un partido, que siempre tuvieron controlado, aunque se estrellaron al final en Gurutz Aginagalde
El Barcelona volvió donde perdió la última vez, frente a un Naturhouse que por aspecto puede ser el equipo que, algún día, corte esa racha de más de tres años invicto que llevan los azulgrana. Y desperdició una ocasión de oro, porque no se suelen repetir muchas ocasiones como la de este encuentro, con San Mateo (patrón de Logroño) empujando con los riojanos. Pero al final, ganó el campeón: 22-24 (11-13), ajustado, pero suficiente.
Y ganó el Barcelona en resumidas cuentas porque Gonzalo Pérez de Vargas estuvo en su papel, rondando el 40 por ciento de acierto, aunque con alguna colaboración de los atacantes, que perdieron más goles de lo permitido en los uno contra uno de la segunda línea local, bien de los extremos, bien del pivote.
Y ganó el Barcelona porque el brazo de Lasse Andersson es de los que mete miedo: siete goles, cinco en la segunda parte, prácticamente la mitad de lo que logró su equipo, que se dejó muchos tantos sobre todo en la recta final, cuando Gurutz Aginagalde reemplazó a Kappelin, y cerró su portería, para que la renta del Barça bajase de los cuatro goles, aunque sin que los jugadores locales aprovechasen sus opciones de presionar al Barcelona, porque sus dos extremos titulares, Ángel Fernández y Javi Muñoz se dejaron dos goles de los que no suelen perdonar.