Ona repasa en un libro su intensa vida en la sincronizada
La nadadora explica en 'Tres minutos, cuarenta segundos' sus experiencias y vivencias, desde las medallas de Londres 2012 hasta su relación con Anna Tarrés.
En tres minutos y 40 segundos, Ona Carbonell interpretó junto a Andrea Fuentes una de las coreografías más brillantes de la historia de las sincro, un Tango nadado en el Centro Acuático de Londres en el que derramaron una pasión inaudita, que les valió para adelantar a la pareja china y obtener una plata memorable. Ahora, en ‘Tres minutos, 40 segundos’ (en mayúscula y destacado), la solista española narra a sus 26 años lo que ha sido su experiencia desde que entró en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat hasta estos días.
La nadadora deja claro que este libro habla de “de vivencias, de experiencias y de maneras de ver las cosas y de afrontar esta vida que las nadadoras de sincronizada nos jugamos en un lapso tan corto de tiempo”. Cuenta anécdotas Ona, así como momentos oscuros. “Los tres últimos años que he pasado hasta vivir el sueño olímpico de Londres han sido durísimos físicamente, pero sobre todo psicológicamente”, y desvela que estuvo a punto de dejarlo. “El cambio producido en la dirección técnica de la selección hace que me lo esté replanteando (...). Nadie me asegura en un principio que tenga que ser mejor, ni que (las nuevas entrenadoras) compartan su manera de ver el deporte y los valores que creo que se habría de tener”, explicó.
Pero una conversación con su novio Pablo, exgimnasta, la convenció en seguir. "Prueba un año. Si resulta que después no puedes más, pues lo dejas. Pero, yo que tú, probaría otra manera de vivir el deporte", le aconsejó. Obviamente, en el libro no obvia su relación con Tarrés. "Fue mi entrenadora desde que era niña. Hablo con sinceridad y naturalidad, explico mi realidad. No me ha costado, Anna ha sido parte de mi vida", insiste. Ona quiere seguir en la elite muchos más años. "Mi cuerpo y mi mente tienen mucho que dar y mucho que aprender. Quiero seguir aprendiendo del deporte y de la sincronizada. De las primeras cosas que aprendí es que los buenos se quejan y los mejores se adaptan".