Las conmociones en la NFL solo importan en temporada regular

Voy a hacer una afirmación que cualquier responsable de arbitraje de la NFL negará radicalmente, incluso poniendo cara de ofendido: ‘los arbitrajes en temporada regular son más rigurosos que los de playoffs. Y es algo programado’.

Pero por mucho que la NFL lo pretendiera negar, probablemente sea una percepción que compartís el ciento por ciento de vosotros. Porque, como yo, veis la inmensa mayoría de los partidos de la NFL y el algodón no engaña: en playoff los árbitros hacen más la vista gorda en la agresividad defensiva.

Creo que voy a ampliar esa afirmación. Los arbitrajes de playoff y del partido inaugural de la temporada son más permisivos con las defensas. Y eso tiene una consecuencia: son muchísimo más espectaculares.

La brutalidad es espectacular.

Por mucho que se empeñen, el mayor espectáculo de la NFL no está en un pase de touchdown de escientasmil yardas, que también, ni en una carrera de 30 yardas rompiendo placajes. Esas jugadas nos ponen en pie, pero hay otras que arrancan gritos sobrecogedores, aullidos que brotan desde la grada y nos dejan con el corazón en un puño, para concluir con un rumor de alivio que recorre el estadio al terminar la jugada, me refiero a las grandes jugadas defensivas.

Hay pocas cosas más espectaculares que un placaje salvaje, que un sack brutal, que un jugador volando por los aires inerte después de sea atropellado por un talgo pendular en forma de deportista con casco y coraza. Es una emoción primaria, salvaje, pero así son las emociones más profundas. Siempre me recuerda a ese instante que conocen bien los taurinos, cuando un manso se queda a media embestida y el torero, sin moverse un ápice, con el pitón a milímetros, aguanta sin moverse, con un valor insensato en el que le va la vida, empeñado en imponer su voluntad a la desconfianza de la bestia.

Y por algo sería que en el pasado los highlights más celebrados siempre eran los de los jugadas defensivas. Esas mismas jugadas que ahora se consideran ilegales, o poco edificantes, y se intentan ocultar.

Porque en la sociedad moderna está prohibido enseñar el mundo tal como es, y solo se puede emitir tal como queremos que sea. Y esgrimiendo la sensibilidad del espectador y ciertos derechos de la persona, hemos terminado por vivir en un mundo Disney… pero ese es otro tema y ya me esto yendo por los cerros de Úbeda.

Dos tipos de público.

Vuelvo a intentar fijaros en la idea. En temporada regular se mira con lupa en contacto. ¿Por qué? Porque el público que sigue esos partidos ya está entregado, y se come el filete que le pongan en el plato aunque esté sin cocinar y no le den cuchillo. Y lo bueno es que la NFL, incluso con el freno de mano echado, es un deporte espectacular: un chuletón de Ávila pasado por la mejor parrilla.

Sin embargo, los playoffs, el kickoff inicial, quizá Acción de Gracias… son partidos en los que llega un público nuevo, no tan incondicional, y al que, en mi opinión, se le quiere atrapar ofreciéndole toda la emoción de la NFL sin cortes ni censura. Con golpes sobrecogedores, y todo lo que se puede esperar de un choque en uno de los deportes más violentos que existen.

Realmente no importa la salud.

Insisto en que puede ser una percepción personal y quizá sea cierto que los árbitros actúan de igual modo en cualquier partido de la NFL, pero si aceptamos que hay alguna posibilidad de que nuestros sentidos no nos engañan, llega la pregunta más importante ¿dónde está sea preocupación por la salud de los jugadores?

Llama la atención que después del Broncos-Panthers del kickoff de la temporada, en el que Steratore volvió a lucir palmito sobre el emparrillado como un pavo real mientras se adornaba con ese estilo tan personal, la NFL haya reculado hacia territorios más políticamente correctos. No hemos leído ningún anuncio oficial sobre golpes ilegales mal pitados, pero ya se ha anunciado una sanción a Darian Stewart por un golpe casco contra casco a Cam Newton. Y ¡oh casualidad! la NFL acaba de anunciar una nueva inversión de 100 millones dedicados a las conmociones. 60 de ellos a estudiar el desarrollo de nuevos cascos más seguros, y40 ala financiación de la investigación médica sobre los efectos de las lesiones neurológicas.

Si a la NFL le preocupara la salud de los jugadores, los arbitrajes serían igual de intolerantes en temporada regular que en playoffs. No habría esas diferencias que la NFL niega ofendida y los demás vemos sin necesidad de microscopio.

Porque que yo sepa, una conmoción en enero no es menos grave que en noviembre. Aunque propongo que la NFL invierta 100 millones de dólares a investigar ese asunto, que a lo mejor nos llevamos una sorpresa.