Rick Porcello se ha convertido en un lobo con piel de cordero
No se contaba con él y no aparecía en las quinielas como el mejor lanzador, pero Rick Porcello se ha convertido en el primero en alcanzar las 20 victorias.
Vale, de acuerdo, soy el primero en aceptar que la estadística de victorias y derrotas es probablemente la menos fiable de todas las que ofrece la MLB. No se depende solo del rendimiento particular sino que hay varios factores que influyen para que un lanzador consiga o no la victoria en el partido; el acierto de tus compañeros en la ofensiva, los posibles errores de la defensa, el rendimiento de tu bullpen, la efectividad del pitcher contrario… demasiadas variables definidas como para que el conseguir una victoria sea algo en lo que fijarse demasiado a la hora de confiar en un determinado pitcher.
Pero en el caso de Rick Porcello el resto de las estadísticas sí que ayudan a la hora de catalogar su temporada como muy buena. Su ERA se ha situado en 3.21, la más baja de toda su carrera, y su WHIP de 1.02 también es excelente, sobre todo gracias al número de bases por bolas concedidas, tan solo 29 en las cerca de 200 entradas que ha lanzado en lo que llevamos de temporada.
En el ya lejano mes de abril el as indiscutible de la rotación era David Price, fichado a golpe de talonario durante la agencia libre y del que se esperaba fuera el timón del barco bostoniano. Durante los primeros meses de competición la estrella pasó a ser Steven Wright, el lanzador nudillista que sorprendía a todo el mundo con un rendimiento fantástico y que en el mes de mayo llegó a tener una ERA inferior a 2.00. Superado el All Star todas las miradas se posaron en Drew Pomeranz, el brillante fichaje procedente de San Diego Padres que venía con unos números más que dignos, habida cuenta de que procedía de uno de los peores equipos de la la Liga Nacional. Nadie parecía fijarse en un Rick Porcello, que a la chita callando iba sumando victoria tras victoria y eliminando jugador tras jugador.
El pasado viernes Porcello alcanzó su vigésima victoria, consiguiendo ser el primer pitcher de la MLB en alcanzar dicho guarismo. La última vez que se le adjudicó la derrota fue el 3 de agosto, la tercera de toda la temporada. Nos hemos metido de lleno en septiembre y su rendimiento ha ido de menos a más. Lleva tres meses consecutivos con un porcentaje de carreras concedidas inferior a 2.63 y se ha convertido en una de las claves de que los Boston Red Sox lideren la siempre complicada y competida división este de la Liga Americana. Probablemente nadie hubiéramos apostado por ello al iniciarse la competición pero el hecho es que lidera esa estadística con dos encuentros de ventaja sobre sus perseguidores.
Con sólo dos victorias de ventaja sobre Toronto Blue Jays y Baltimore Orioles y cuatro sobre unos renacidos New York Yankees, el rendimiento de la rotación de Boston puede ser crucial a la hora de sellar el pase a jugar en octubre como líderes de división, evitando así el tan temido y complicado partido comodín. Aún quedan muchos encuentros directos entre estos equipos, pero la palpable recuperación de Price y los buenos números de Pomeranz y Rodríguez son un seguro de vida para que los de Boston, liderados ahora sí por un Rick Porcello en estado de gracia, compitan con todas las garantías por un nuevo título de las Series Mundiales.