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Minnesota Vikings

Preguntas clave del fichaje de Sam Bradford por los Vikings

Respondemos a casi todas las preguntas que te puedes hacer sobre un intercambio entre Eagles y Vikings que se ha convertido en la bomba del fin de semana en la NFL.

Madrid
Aug 27, 2016; Indianapolis, IN, USA; Philadelphia Eagles quarterback Sam Bradford (7) drops back to pass against the Indianapolis Colts at Lucas Oil Stadium. Mandatory Credit: Brian Spurlock-USA TODAY Sports
Brian SpurlockUSA Today Sports

La bomba estalló el sábado por la mañana. Los Vikings llegaron a un acuerdo con los Eagles por el que se llevaban a Sam Bradford a Minnesota a cambio de su primera ronda de 2017 y una cuarta de 2018, que podría ser una segunda si los Vikings ganan la Super Bowl. El movimiento ha levantado un gran revuelo. A muchos les ha parecido una locura y a otros un acierto. Pero la decisión abre un abanico de preguntas que merecen ser contestadas.

¿Ganan los Eagles con el cambio?

Aparentemente sí. Recuperan su primera ronda de 2017, que perdieron cuando ofrecieron a los Browns la primera, una tercera y una cuarta rondas de 2016, además de la primera y la segunda ronda de 2017 (y una cuarta condicionada) para subir al pick 2 a por Carson Wentz. Era evidente que no querían a Bradford y hace pocos días no habrían soñado con sacar tanto por él en un traspaso.

¿Pierden los Eagles con el cambio?

No todo es bueno en el intercambio. Los Eagles han tenido un rendimiento defensivo impresionante en pretemporada, Bradford parecía a gusto en el nuevo sistema ofensivo, los Cowboys han tenido una pretemporada de pesadilla, los Giants están trasmitiendo muy malas sensaciones y, en una división tan complicada como la NFC Este, comenzaba a haber analistas que sí veían competitivos a los Eagles si el rendimiento defensivo de pretemporada continuaba en el futuro. Tras el movimiento, parece que Philadelphia considera definitivamente la temporada 2016 como de transición.

¿Quién será el quarterback titular de los Eagles?

Wentz jugó el primer partido de pretemporada, y aunque transmitió buenas sensaciones, también demostró que está muy verde para empezar como titular en la NFL. Además se lesionó y no ha vuelto a jugar. Es posible que Pederson empiece con su protegido Chase Daniels, para ir pasándole los trastos a Wentz poco a poco, pero ninguno parece un quarterback de garantías para los Eagles a día de hoy.

¿Merece un aplauso Howie Roseman, gerente de los Eagles?

El traspaso de tu quarterback titular pocos días antes del inicio de la temporada solo rubrica una desastrosa gestión de la posición durante toda la offseason. Cada vez se entiende menos que los Eagles renovaran por dos años el contrato a Bradford en marzo por 35 millones de dólares, 22 de ellos garantizados. De hecho, los Eagles le han ‘regalado’ al jugador 11 millones de dólares por no jugar ni un solo snap en temporada regular. El movimiento también afectará al ánimo de un vestuario que ve cómo desde las oficinas mandan mensajes de que 2016 será de transición. Roseman podrá sacar pecho si Wentz funciona desde el primer día, pero, como poco, su trabajo ha parecido incoherente e improvisado en todo momento.

¿Vale Bradford una primera y una cuarta rondas?

Aparentemente no. Ni en sueños. Bradford llegó a la NFL en 2010 con vitola de estrella y nunca ha alcanzado las expectativas. Proclive a lesiones, poco brillante, y muchas veces inseguro, ahora mismo él es el único que se considera de la élite, como demostró en esta pretemporada cuando se plantó tras la elección de Wentz por parte de los Eagles. El año pasado Chip Kelly apostó por él para llevar el ataque de los Eagles tras un intercambio con los Rams y su fracaso fue rotundo.

¿Es Bradford un buen quarterback?

Visto lo explicado en la pregunta anterior, se diría que no. Sin embargo, en los Rams nunca tuvo ni una buena OL, ni un grupo de receptores que merezca ser considerado como tal. De hecho, el año pasado, tras el despido de Kelly, los Eagles pusieron en marcha un sistema mucho más convencional y Bradford jugó a un nivel altísimo en los últimos partidos de la temporada, completando por encima del 70% de sus pases y pareciéndose, por fin, al jugador que todos esperábamos. No había jugado a ese nivel desde 2013, cuando se lesionó justo en el momento en que parecía que por fin estaba emergiendo el Bradford soñado por los Rams. Las lesiones han marcado su carrera y quizá sean el mayor hándicap para que triunfe en los Vikings.

¿Se han precipitado los Vikings en fichar a Bradford?

Era evidente que Shaun Hill es muy buen segundo, pero no un quarterback titular de garantías. En la agencia libre no había tampoco nada que rascar y entre los cortados en estos últimos días era mejor no mirar. Ellos analizaron las opciones y consideraron que el único quarterback competitivo por el que podían pujar era Bradford. La medida es desesperada, porque pagar una primera ronda lo es innegablemente, pero no precipitada. Parece lógica y debían hacerlo cuanto antes para empezar a trabajar con él lo antes posible.

¿Han hecho mal los Vikings en pagar tanto por Bradford?

Eso no lo sabremos hasta el final de la temporada. Hay dos cuestiones importantes. Los rumores de que Bridgewater no solo se perderá la temporada 2016, sino que también peligra su retorno para 2017 son insistentes. Por tanto, Bradford no sería una solución provisional, sino de larga duración. Además, el tiempo se le acaba a Adrian Peterson y los Vikings están convencidos de que este año pueden aspirar al anillo con su defensa y su juego de carrera si tienen tras el center un quarterback de garantías. Si Bradford no se lesiona, y juega al nivel que se le presupone, podría encajar perfectamente en un sistema que además se parece bastante al que jugó en los Rams con Steven Jackson en el backfield y peores receptores que ahora a su alrededor.

¿Pero de verdad son los Vikings aspirantes al anillo?

El año pasado se metieron en playoff y su final de temporada fue extraordinario. Este año aparentemente habían mejorado aún más la plantilla y Bridgewater parecía preparado para dar un salto de calidad. Ellos están convencidos de que pueden ganar el trofeo Lombardi o no habrían hecho una apuesta tan arriesgada. Además, Zimmer se está asentando como uno de los entrenadores más serios e inteligentes de la NFL actual, así que merece la pena creer en su proyecto. Sin embargo, saben que ganar su división es casi imposible porque el calendario de los Packers es un chollo, hasta el punto que en las casa de apuestas les dan como favoritos en sus 16 partidos de temporada regular. Por eso, su ruta pasa por entrar como wild cards en una conferencia Americana en la que habrá puñaladas por conseguirlo y vencer después en tres campos difíciles, entre ellos Lambeau Field. Eso significa que no podían perder un instante en tomar la decisión. Cada derrota cuenta.

¿Podían los Vikings ganar el anillo sin Bridgewater ni Bradford?

El problema de esta pregunta es que muchísimos analistas consideran que se estaba sobrevalorando a los Vikings ya antes de la lesión de Bridgewater, y que el ataque aéreo del equipo en 2016 fue muy pobre. Por tanto, con su lesión no se perdía demasiado y Minnesota seguiría aspirando a entrar en playoffs con su defensa y Peterson. El matiz es que la inmensa mayoría de los que piensan así, cree que los Vikings eran aspirantes a playoffs, pero no a ganar el título, con Bridgewater, sin él, con Bradford, o con cualquier quarterback que no cometiera demasiados errores.

¿Ganan los Vikings con el cambio?

Eso lo sabremos al final de la temporada.

¿Pierden los Vikings con el cambio?

No hay duda de que pagar una primera ronda por Bradford parece una barbaridad, y eso ya es una pérdida, pero la respuesta también llegará al final de la temporada.

¿Es mejor Bradford que Bridgewater o son los dos mediocres?

Aquí entramos en un debate muy complicado. Cada uno tendrá una opinión. La realidad es que éste era el año en que en teoría íbamos a saber si Bridgewater puede ser un quarterback élite. Además, se conocía el sistema al dedillo, estaba ya muy bien compenetrado con Adrian Peterson y todos los fichajes y elecciones del draft se habían hecho pensando en sus características. Bradford tiene que adaptarse en tiempo récord al sistema, en su trayectoria nunca ha protegido el balón con la eficacia de Bridgewater, lanza más intercepciones y comete más errores. Sin embargo, por primera vez está en un equipo aspirante, llega herido en su amor propio, convencido de que es élite, empeñado en demostrarlo, y sí es un jugador peligroso, capaz de generar más big plays de los que ha hecho Bridgewater hasta ahora. Además, tiene experiencia en aprovecharse de los huecos al pase que abren las defensas cuando tienen enfrente backfields poderosos y su integración en el sistema podría ser muy rápida.

¿Es sencillo para un quarterback jugar en el sistema de Zimmer?

Hasta ahora, Zimmer sólo exigía a Bridgewater que no cometiera errores, pero éste también aportaba muy buenas lecturas y muy buena química con Peterson. Eso parece al alcance de cualquiera, pero no lo está. Probablemente, a los Vikings no les habría bastado con jugar con Hill o con un veterano mediocre. Ya hemos visto muchas veces que para un quarterback puede ser más sencillo poner en marcha un plan pases largos que leer rutas cortas en medio del tráfico, y que hay muchos QBs jóvenes que tardan años en ser efectivos en la corta distancia, donde hay que hacer lecturas muy rápidas entre una amalgama de cascos. Por otro lado, Hill es un muy buen segundo quarterback y sí podría cubrir perfectamente las habituales lesiones de Bradford saliendo desde la banda. Pero con la condición de no tener que jugar muchos partidos seguidos, y de no recibir muchos goles, por los que tiene una especial alegría a sus 36 años.