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KANSAS CITY ROYALS

La mística de la ‘Rally Mantis’ impulsa a los Royals

La aparición de una mantis religiosa que ha sido 'adoptada' como símbolo del equipo, marca un antes y un después en la temporada de los campeones.

MadridActualizado a
La mantis religiosa de la reacción ha sido la impulsora de la impresionante trayectoria de los Kansas City Royals.
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El béisbol es un deporte que se nutre y vive de la superstición. Quizás no sea exclusivo del pasatiempo nacional, pero casi alcanza proporciones bíblicas cuando se trata de prorrogar una magnífica racha triunfal… o acabar con el mal fario que persigue a un equipo y que pone en peligro su búsqueda del particular Shangri La, el título en las Series Mundiales.

A lo largo de las décadas hemos visto supersticiones de todo tipo y de todos los colores. Desde aquellos que optaban por dejarse la barba para prolongar la exitosa trayectoria de un equipo (véase los barbudos que caracterizaron a los Red Sox en 2013) al mítico tanga dorado que (imagino) que lució orgulloso el bueno de Jason Giambi durante su época con los New York Yankees.

También es cierto el mundo animal ha tenido su componente sobrenatural a la hora de explicar. Los Anaheim Angels pueden presumir de haber renunciado al ‘Rally Monkey’ en la consecución del título de las Series Mundiales en 2002. No creemos que el primate tuviera especial efecto a la hora de lanzar sobre Barry Bonds en aquella final, pero su presencia y los continuos botes que daba en el videomarcador del Angel Stadium eran el acicate para que las masas enloquecieran… y el equipo ganara.

Luego tenemos el ejemplo del ‘Rally Squirrel’, que tuvo su protagonismo durante los playoffs del 2011, que enfrentaban a St. Louis Cardinals contra Philadelphia Phillies. Durante el transcurso de la serie, un roedor capturó el imaginario de la afición de los Cardinals, que se enfrentaban a un maravilloso equipo de los Phillies en dos encuentros, cruzándose en las proximidades del home plate durante el encuentro y fue adoptada inmediatamente como la mascota no oficial de la franquicia. Desconocemos si era pariente de la misma ardilla o no, pero el relevo Octavio Dotel se hizo con una de juguete y la conservó durante todos los playoffs como signo de buena fortuna.

Los Cardinals ganaron a Phillies, Brewers y a los Rangers en unas épicas Series Mundiales que fueron al límite. La ardilla formó parte de los festejos y fue duchada con champán como un integrante más del equipo.

Nos situamos en el 6 de agosto de 2016. Los vigentes campeones del mundo, los Kansas City Royals, están contra las cuerdas o ya les están dando la cuenta como en el boxeo. Su marca de 51-58 les sitúa a once partidos de los Cleveland Indians y a 9.5 partidos de la carrera por los puestos de Wild Card. En resumen, están fuera de los playoffs.

O eso pensábamos. Una mantis religiosa se coloca sobre la gorra del catcher Salvador Pérez. El venezolano la recoge y la conserva. Los Royals ganan aquel partido a Toronto y vuelven a hacerlo al día siguiente. Una derrota inicial contra los White Sox no desanima a los chicos de Ned Yost, que se imponen en los dos encuentros antes de iniciar una gira por Minnesota. El primer partido se salda con triunfo por 7-3. Oficialmente, la mantis de la reacción empezaba a obrar su magia.

Hay momentos y momentos en una temporada que pueden marcar el camino. El Destino puede jugarte una mala pasada y es lo que podría haber ocurrido tras un episodio trágico, uno de los que estigmatizan a una franquicia hasta el fin de los tiempos.

El outfielder suplente Billy Burns era el encargado de cuidar al jugador número 26 del equipo. Moviéndose casi a la velocidad de la luz, ha sido capaz de protagonizar gestas que rivalizan con los Doce Trabajos de Hércules, y la última fue capturar una polilla para alimentar a la mantis. Debía de ser una atómica o algo por el estilo, porque casi fue lo último que hizo la pobre mantis, aunque quizás la peor parte se la llevó la polilla, viéndolo desde otro punto de vista.

Y los Royals perdieron.

Sin embargo, el Destino no había hecho su último guiño a los defensores del título. La versión 2.0 de la ‘Rally Mantis’ ha llegado con mucha más fuerza y le ha dado continuidad a la 1.0.

Desde el 6 de agosto, los Royals han ganado 17 de los 21 partidos que han disputado y de estar absolutamente descartados para los playoffs, ahora se encuentran a apenas 5.5 partidos de los Indians en su división y a tres partidos de la segunda plaza de Wild Card.

La afición y el equipo han acogido con los brazos abiertos este aspecto sobrenatural y la fiebre no se limita solamente en los estadios, tanto el propio como los ajenos, sino que la gente quiere la mantis de la reacción forme parte de uno mismo.

No es sabio menospreciar el poder místico de la ‘Rally Mantis’. Aquellos que infravaloraron al mono y a la ardilla ya saben cómo acabó la cosa.