—Las Becas Pódium se crearon con vistas a largo plazo pero ya en Río los resultados son muy destacables: 22 participantes... ¡y la medalla de oro de Marcus Cooper! —¡Ha sido asombroso! Este programa funciona desde 2014 y cuando lo pusimos en marcha ya hubiésemos considerado un éxito que alguno de los becados (88, ocho de deporte de invierno) llegara a Río. Lo lograron 22 y uno fue oro. Inaudito.
—¿Qué significa esa medalla para el programa? —Ya habíamos anunciado que continuaremos hasta Tokio 2020. En Telefónica hay una especial sensibilidad para estos deportistas. La mayoría son chicos jóvenes con potencial. El siguiente paso es implantar el programa en otros países, especialmente en Sudamérica.
—¿Cómo eligen a los deportistas que reciben estas becas? —Buscamos deportistas con futuro y que cumplan una condición principal: que no reciban otro tipo de ayudas. Además, como verá, muchos son de deportes minoritarios, de federaciones sin muchos recursos. Por cierto, nos centramos en personas individuales, no en equipos. Recibimos informes de las federaciones, del COE, con el que colaboramos estrechamente, sobre deportistas con potencial y sin recursos.
—¿Cómo una empresa como Telefónica, asociada en muchas ocasiones al deporte de élite profesional, se fija en estos deportistas? —Lo principal es que estos chicos viven en muchas ocasiones situaciones aberrantes. Un ejemplo: un deportista no tiene beca porque no va a un Europeo o a un Mundial... ¡pero es que no va porque al no tener beca no se puede costear el viaje! Queríamos apoyar a estos casos. Sí es verdad que los patrocinios más conocidos son, como dice, el ciclismo, Moto-GP... Pero también, aunque tiene menos repercusión, hemos apoyado al deporte base desde hace mucho tiempo como, por ejemplo, en vela. Nombres como Marina Alabau, Iker Martínez y Xabi Fernández... los hemos visto crecer.
—Una especie de ‘mecenas’... —Somos una empresa. Y toda empresa, cuando invierte en patrocinio, espera resultados. Pero en este caso no se busca ningún retorno. Es un tema de conciencia social. Les ayudamos desde abajo para que lleguen a la línea de salida, que serían las becas ADO, donde Telefónica es empresa patrocinadora.
—La importancia del patrocinio privado está creciendo en el deporte olímpico. ¿Cómo se puede fomentar la entrada de nuevas empresas? Algunos abocan por los beneficios fiscales... —Indudablemente ese sería un gran atractivo para invertir en deporte. No cabe duda de que si se tiende al patrocinio privado, hay que animar a las empresas.
—¿Ley de mecenazgo? —¡Claro! Sería una solución o al menos un gran primer paso. Llevamos un montón de años detrás de esta ley. Tanto, que no se puede achacar a ningún gobierno que no haya visto la luz. Nadie se pone de acuerdo en esta materia.
—Materia en la que siempre sale en la conversación el modelo anglosajón. —Porque EE UU en esto son los reyes. Y Gran Bretaña ha sabido adaptar el modelo. Luego nos preguntamos cómo con sólo unos 15 millones de habitantes más ellos logran 67 medallas y nosotros 17.
—Al menos, en el caso de Pódium, queda la satisfacción del oro de Marcus Cooper.
—¡Eso desde luego! Para nosotros todos los que estaban en Río ya habían logrado un gran éxito. Pero el día de Marcus estábamos todos pegados a la tele. Ganó y empezó a sonar el teléfono. Los que trabajamos en Pódium nos estábamos llamando unos a otros. ¡Nos hizo una ilusión tremenda!