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DESDE EL BULLPEN

Los Texas Rangers apuntan a jugar en octubre

El equipo tejano está en una cómoda situación dentro de la División Oeste de la Liga Americana para llegar con garantías a los playoffs.

Burgos
Jonathan Lucroy ha sido una bendición desde que ha llegado a la franquicia tejana.
Joseph GarnettAFP

La temporada pasada, los Rangers fueron una de las sorpresas agradables aunque terminaron el año con un sabor agridulce. La derrota en series de división contra los Blue Jays, cuando contaban con una ventaja de 2 a 0 en la serie, dejó a los de Texas con la sensación, otra vez, de que se quedaban a un peldaño de lo que pudo haber sido y no fue. Pero de toda experiencia, aunque sea negativa, se obtiene un aprendizaje y los Rangers se han aplicado para volver a ser una de las franquicias que juegue en octubre.

Este año, de momento, poseen el mejor balance de la liga Americana y en su división han visto como primero los Astros y luego los Mariners se les acercaban, pero sin poner nunca en peligro real el liderato de los de Arlington. A pesar de esto, desde las oficinas de los Rangers consideraron que debían reforzarse en el período de traspasos y aunque todo apuntaba a que reforzarían el cuerpo de lanzadores, que ofrecía alguna duda, las incorporaciones más notables fueron un rightfielder y un catcher.

Carlos Beltrán ha llegado de los New York Yankees para ocupar el jardín derecho y reforzar un turno de bateo que ya era bastante sólido. El puertorriqueño de 39 años, profesional desde el siglo pasado cuando fue elegido novato del año de la liga americana, tiene una extensa carrera en la que destacan sus 9 participaciones en el partido de las estrellas, sus tres guantes de oro y dos bates de plata, pero le falta un anillo de campeón. Puede que esta sea su última oportunidad para conseguirlo.

EL otro refuerzo destacado proviene de los Milwaukee Brewers y es el catcher Jonathan Lucroy. El de Florida ha llegado a la franquicia y se ha adaptado rápidamente a las características de los lanzadores. Además, posee fuerza con el bate, en 15 partidos ha mandado 7 veces la bola a la grada y ha impulsado 14 carreras. Otro aspecto que aporta el cátcher dos veces All Star es su experiencia para evitar un colapso como el que vivió en Millwaukee en 2014.

A pesar de la solidez granítica del turno de bateo, las dudas sobre el bullpen continúan y está por ver que tal rinden los acompañantes de Cole Hamels, que ya sabe lo que es ganar el clásico de otoño y ser nombrado jugador más valioso.

Hay otro factor, este emocional, que añade gasolina al fuego competitivo de los de Texas. Tony Beasley, entrenador de tercera base, tuvo que someterse a quimioterapia en pretemporada, algo que no hizo que se perdiera ni un entrenamiento y trabajase las mismas horas que los demás. Entre abril y mayo se sometió a radiación y estuvo ausente mucho menos de lo esperado, tres semanas frente a las cinco previstas, por lo bien que reaccionó su cuerpo al tratamiento. En breve se someterá a una operación para eliminar los restos del tumor contra el que lucha, pero ha sido un ejemplo para todos los miembros de la franquicia, que viendo cómo ha luchado Beasley, está claro que no se van a rendir fácilmente.

Texas, el estado de la estrella solitaria, tiene como primer deporte el football profesional, como segundo el football universitario y como tercero el football en high school. En este ambiente emergen unos Rangers, cada vez más seguidos, que quieren terminar el trabajo que no finalizaron en 2010 y, especialmente, 2011 cuando se quedaron a un paso de ser campeones. De momento, apuntan claramente a jugar en octubre.