Los Cowboys mostraron cómo recuperar el talento con Bryant
El modelo de gestión de su receptor estrella es el camino a seguir para jugadores problemáticos como Dorial Green-Beckham y Karlos Williams.
Cuando pensamos en talento desperdiciado en la NFL, siempre nos viene a la mente Johnny Manziel. Pero desgraciadamente hay muchos, muchísimos más nombres que, durante la historia de la liga, han sido lo suficientemente inmaduros como para perder la gloria por una juerga nocturna, fumarse un par de canutos, conducir bebidos, borrar de su mente la palabra nutrición, llegar tarde a los entrenamientos o reuniones tácticas, dar positivo de sustancias dopantes en algún control, no poner intensidad en el trabajo…
No hace falta ir muy lejos. Recientemente tenemos los casos de Dorial Green-Beckham y Karlos Williams, dos jugadores salidos de la hornada de 2015, a quienes se auguraba un futuro prometedor tras sendas sólidas primeras campañas en la NFL. Green-Beckham, gracias a su 1,96 de estatura, apuntaba como uno de los principales wide receivers de toda la NFL en jugadas de fade, cerca de la zona de anotación enemiga, donde las últimas yardas son tan complicadas de ganar. Williams, por su parte, mostró ser el complemento ideal a LeSean McCoy. Su envergadura dio grandes dividendos a los Bills, con quienes, como rookie, el fornido running back anotó nueve touchdowns.
El verano, sin embargo, tenía deparadas sorpresas desagradables a ambos. Green-Beckham, quien había tenido problemas con la justicia durante su etapa universitaria en Missouri, acabó hartando a la directiva de los Titans. Su inconsistencia en los entrenamientos y su falta de ética de trabajo y preparación -¡no se sabía ni el playbook!- llevó a Tennessee a traspasarlo a Philadelphia, donde por supuesto tendrá una segunda oportunidad (a ver cuánto le dura). Williams, por su parte, llegó al training camp de Buffalo pasado de peso situación que, combinada con los cuatro partidos de suspensión que debía cumplir por dar positivo en un control, concluyeron colmando la paciencia de los Bills. Ahora es agente libre.
La pregunta es ¿qué hacer? ¿Cómo evitar estas acciones de inmadurez que acaban convirtiéndose en malos hábitos en tantos jugadores? ¿Sería necesario un psicólogo? ¿Quién lo paga: el equipo, el representante del deportista…? La solución no es fácil, pero ha funcionado más positivamente la receta de manejar la situación, en lugar de enfrentarse a ella.
En la Universidad de Notre Dame, por ejemplo, no regalan las notas a los deportistas para que mantengan las becas, pero sí que los apoyan todo lo posible para que sea casi imposible suspender o portarse mal. Si un deportista suspende un examen, se le asigna un tutor que repasa con él las lecciones. Si las cosas siguen sin mejorar, puede verse a este tutor pasar hasta dieciséis horas diarias con el atleta problemático, velando por su comportamiento. Este fue el caso del tutor de Jeff Samardzija, excelente wide receiver que acabó optando por convertirse en pitcher de béisbol y en la actualidad posee una de las bolas más rápidas de toda la MLB.
Un caso similar ocurrió hace cuatro años en Dallas, donde los Cowboys tomaron una sabia decisión, cansados de multar a Dez Bryant por llegar tarde constantemente. En lugar de separarlo del equipo o traspasarlo, los Cowboys contrataron a una persona para que cuidara de su wide receiver estelar. Le dieron instrucciones muy claras, pasándole toda una guía con las normas de comportamiento que debía seguir la estrella. Este mayordomo personal (también podríamos llamarle canguro) se encargaba de despertar a Bryant, revisar sus horarios y hasta acompañarlo a las instalaciones de los Cowboys para evitar retrasos e impuntualidades.
Quizá el remedio que trabajan en Notre Dame y pusieron en práctica en Dallas no sería el recomendado por los pedagogos. ¡Pero funcionó!
Cinco cosas que pienso:
1. Me reafirmó en que la pretemporada va de nombres y no de resultados. Pienso que el 2016 es el mejor ejemplo que podemos encontrar al respecto, pues las conversaciones en medios de comunicación y bares deportivos giran en un alto porcentaje alrededor de Dak Prescott.
2. Pienso que Gary Kubiak debería darle la titularidad en el último partido de pretemporada a Paxton Lynch. No pienso que Trevor Siemian ni Mark Sanchez sean la solución, ¿por qué no depositar la confianza ya en Lynch?
3. Aunque sé que mis pensamientos no son los de John Elway, y que los suyos suelen ser bastante más certeros que los míos, pienso que los Broncos se equivocaron dejando ir a Brock Osweiler.
4. Está claro que los Redskins tenían que proteger como jugador franquicia a Kirk Cousins, pero pienso que ver correr a Alfred Morris ataviado con los colores de su acérrimo enemigo deber hacer mucho daño a más de uno en Washington.
5. Aunque Tony Dungy dijo que sería interesante ver al velocista jamaicano en la NFL, pienso que Usain Bolt jamás triunfaría en la NFL. Demasiado rápido, pero demasiado alto: blanco fácil para las feroces secundarias de la liga.