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TAMPA BAY BUCCANEERS

Roberto Aguayo vuelve a fallar y su entrenador estalla

El kicker mexicano no se ha respuesto de su mal inicio y marró, de nuevo, una fácil patada, lo que llevó a Dirk Koetter a llamarle la atención.

Madrid
Roberto Aguayo vuelve a fallar y su entrenador estalla

Roberto Aguayo ha tenido un terrible inicio de carrera en la NFL. Es cierto que es pretemporada, y que todo esto se olvidará si comienza a patear el balón como ha demostrado que sabe, pero las dudas y las preocupaciones en los Tampa Bay Buccaneers ya alcanzan hasta las ruedas de prensa.

En el partido de esta semana, contra los Jacksonville Jaguars, vio como marraba un field goal de 32 yardas en el drive inicial del encuentro, y luego otro de 49 yardas. Para cualquier kicker fallar desde 32 yardas en un drama. Dos en un mismo partido, duele. Hacerlo una semana después de haber tirado fuera otro balón en su debut más. Pero, encima, cuando tienes a medio mundo encima de ti por la singularidad que supone que tu equipo haya gastado una segunda ronda en ti, mucho más.

"Tenemos que meter el maldito field goal, eso es lo que tenemos que hacer", dijo Dirk Koetter, entrenador de los Bucs, en rueda de prensa cuando le preguntaron si el equipo había empezado frío el partido. "No diré que estoy preocupado con Aguayo, pero esto es la NFL. Le estamos pagando para que meta esos fields goals. Él lo sabe. Yo lo sé. Todo el mundo lo sabe. Así que, quiero decir, esto es lo que es".

No son palabras de ánimo precisamente.

Y no deben serlo. Cuando una franquicia se gasta toda una segunda ronda del draft en un kicker, y más aún entregando otras elecciones para subir, en un kicker, algo que es del todo inusual, espera la perfección. La misma perfección que Aguayo mostró en la universidad de Florida State. Y si no llega habrá enfados y repercusiones.

Aún estamos lejos de cualquiera de esos escenarios, pero Roberto Aguayo está dando que hablar en esta pretemporada en Tampa Bay. Y por malos motivos. Ni los nervios ni la presión van a ser factores más ligeros de ahora en adelante, así que sólo le queda asumirlo y, como bien ha dicho su entrenador, meter los malditos field goals.