José Fernández, el hombre que nació para ponchar

A José Fernández la vida no le ha sonreído en ningún aspecto. Un contratiempo parece siempre estar al acecho del joven cubano de 24 años. Excepto, claro, cuando está en el centro del diamante. Ahí, todo le sale bien al derecho. Extremadamente bien.

La noche del jueves, Fernández se convirtió en el segundo lanzador que alcanza los 200 ponches más rápido en la temporada, al conseguirlo en 139 innings y dos tercios, solo nueve entradas más de las que necesitó Randy Johnson en 2001 para alcanzar el doble centenar de chocolates.

Ser nombrado en la misma oración que Randy Johnson ya es un logro para cualquier lanzador. En el caso de Fernández, cobra mucho más valor, considerando todo lo que ha tenido que pasar en su vida y en su carrera.

Ni siquiera hay que tocar las casi dos temporadas que se perdió a causa de la operación de Tommy John, ese es el lado fácil. Lo difícil es haber sobrevivido al régimen comunista cubano que lo sorprendió tres veces en intentos de deserción. Lo difícil es tener 14 años y estar en una cárcel hacinada junto a asesinos y violadores.

Lo difícil no es ponchar a Justin Upton 10 veces en 13 enfrentamientos, lo difícil es ver su madre caer al mar en medio de la noche y la tormenta en camino hacia su libertad, y saltar al agua sin pensarlo… con 15 años de edad.

Después de todo eso, es fácil entender porque Fernández sube cada cinco días a la loma sin miedo, sin miedo a recibir un jonrón o a tener una mala actuación. Es porque no tiene miedo, él lo conoce, lo ha visto a la cara y sabe que un lanzamiento por el centro del plato y detrás de la barda no se parece en nada al miedo.

José Fernández ha salido airoso tantas veces, incluso antes de lanzar su primer pitcheo como profesional, que lo más natural es que se mantenga como un ganador en el mejor béisbol del mundo. Es la única cosa que conoce, encontrar la luz cuando el panorama es más oscuro.