Los Nationals quieren ser como Katie Ledecky
El conjunto capitalino quiere emular al final de la temporada actual las hazañas de su más célebre seguidora.
Katie Ledecky ha maravillado al mundo, como ya hizo en el pasado mundial de natación, por su asombrosa cosecha de preseas en los Juegos Olímpicos de Río. Declarada seguidora de los Nationals, confía en que su equipo le dé una alegría a finales de octubre. Y es que los capitalinos se encuentran en una situación inmejorable para acceder a la post-temporada, ya que son la franquicia que encabeza una división con más ventaja sobre el segundo clasificado. Aunque ya se sabe, por numerosos precedentes, que el riesgo de implosión siempre está muy presente en la capital.
El calendario de los Nationals no es benévolo en agosto, tienen que jugar 20 partidos seguidos. La travesía empezó el 12 de agosto recibiendo a los Braves, sigue con viajes a Colorado y Baltimore, vuelta a casa para enfrentarse a los Orioles y los Rockies y excursión final a Philadelphia que termina el 31 del mismo mes. A estas alturas de la temporada, el depósito de los jugadores no está al completo y esa es la razón por la que desde el banquillo se plantean ir rotando jugadores para otorgarles algún día de descanso. Además, preocupa el cuerpo de lanzadores a utilizar en Colorado, ya que es una plaza en la que el rendimiento de los pitchers siempre es una incógnita.
A pesar de todas estas cábalas mirando al futuro, el primer partido contra los Braves en el Nationals Park tuvo más consecuencias de las esperadas, porque fue la primera vez que perdían contra los de Atlanta en esta temporada. En la séptima entrada, con los locales cuatro carreras abajo, se hizo una pausa en el partido para ver, a través de las pantallas del estadio, la prueba de natación de los 800 metros libres en la que Ledecky, para alegría de sus paisanos, logró su cuarta medalla oro y el récord del mundo. Al terminar el partido se decidió desde las oficinas de la franquicia cortar al pitcher diestro Jonathan Papelbon, para situar en su lugar a Reynaldo López. Papelbon, con un bagaje de seis apariciones en el partido de las estrellas, llegó a la capital de la unión el 28 de julio de 2015 por la necesidad de los Nationals de poseer un closer de garantías, aunque nunca pudo demostrar su valía por la implosión del bullpen. Sin embargo, sí que le dio tiempo a ser suspendido durante siete partidos por intentar atizarse con Manny Machado y protagonizar un feo incidente con Bryce Harper en el banquillo.
Nadie duda de que las aspiraciones de los Nationals pasan por la recuperación de su rutilante estrella y es el estado de salud de Bryce Harper, el que hace que se divisen oscuros nubarrones en el futuro de los Nationals. En declaraciones a Sports Illustrated, Mike Rizzo, el manager general, desmintió que Harper tenga una lesión en el hombro y aclaró que lo que ocurre es que se le está tratando de una rigidez en el cuello que le afecta a la mano inferior cuando realiza el swing. Tratamiento, por cierto, que incluye las ventosas que ha hecho famosas Michael Phelps en Río. Lo cierto es que la temporada pasada Harper firmó una media de bateo de 0.330 con 42 home run y 99 carreras impulsadas. Esta temporada sus guarismos han bajado a 0.233 de media de bateo con 20 home run y 57 carreras impulsadas. Un punto de inflexión claro en este bajón ha sido el partido de las estrellas, ya que desde entonces sus números son 0.134 (9 de 67 apariciones en el plate), 1 home run y 5 carreras impulsadas.
Los Nationals, que han homenajeado a Ledecky dos veces con el first pitch, tienen a unas manzanas de su hogar un buen espejo en el que mirarse si quieren ser campeones. Ledecky, igual que hace con sus triunfos, quiere celebrar desde la universidad de Stanford una victoria del equipo de su ciudad en las Series Mundiales.