El adiós de A-Rod con los Yankees por la puerta de atrás
La despedida de Alex Rodríguez está siendo muy polémica por una presencia testimonial en sus últimos partidos con el club.
Los Yanquis de Nueva York son esa clase de equipos a los que amas o a los que odias. De la misma manera, ellos también llevan las cosas a los extremos, o te aman y de encumbran con o sin méritos, o te odian y te sacan por la puerta de atrás.
Señor Alexander Emmanuel Rodríguez, sírvase a pasar a la puerta trasera, aquí están sus cosas, sus 21 millones de dólares de este año y sus otros 21 millones de 2017. Ahora váyase, llévese sus problemas a otro lado y por favor, no vuelva.
Es evidente que los Yanquis no quieren a Rodríguez, tal vez nunca lo quisieron. Su adquisición y su multimillonaria extensión de contrato parecen más el último gran arrebato de George Steinbrenner por mantener a A-Rod lejos de Boston, que un matrimonio de película.
Es difícil culparlos, al fin de cuentas, Rodríguez siempre fue un villano, el Derek Jeter Bizarro por decirlo de alguna manera. Tuvo un contrato inflado, fracasos en postemporada, deslices con strippers, actrices, luchadoras y lo que sea que sea Madonna.
Y claro, también está ese pequeño detalle de los esteroides y la disputa por ciertos bonos multimillonarios por cada una de sus marcas históricas.
Por todo eso es que los Yanquis empujaron a patadas a A-Rod hacia el retiro. Por eso le dieron tres juegos de despedida, dos de ellos fuera de casa y ni que piense en ponerse el guante, no vaya a ser que les cueste un triunfo a esa máquina bien aceitada rumbo a playoffs que son estos potentes Yanquis con récord de 58-56 y en medio de una contienda hacia ninguna parte.
No digo que A-Rod se merezca más, porque no es el caso. Al fin de cuentas hizo trampa y lo agarraron haciendo trampa. Dos veces. Viéndolo desde esa perspectiva, la puerta de atrás y una conferencia de prensa para anunciar su retiro suenan como todo un privilegio.
Pero también estamos hablando de uno de los grandes talentos de la historia. ¿Cuántos de sus 696 jonrones fueron producto de los esteroides? ¿Cuántos de sus 3,114 hits? Es imposible saberlo, pero les puedo asegurar que es un porcentaje menor.
Sí, Alex toma sus cosas, se va por la puerta de atrás, se lleva sus problemas y sus millones. Pero algo les puedo asegurar, volverá. Volverá con otro equipo, con los Marlins o los Rays o algún otro despistado, volverá por esos seis jonrones, porque, aceptémoslo, se trata de A-Rod, de su ego, de sus números, y de lo que él cree que es su legado.
Volverá también (o al menos debería) a Yankee Stadium, para recibir un homenaje el día que se retire su número y se devele su placa en Monument Park. Por eso es lo que hacen los Yanquis, eso hicieron con Andy Pettitte y su problema de HGH. ¿O no es lo mismo?