JUEGOS OLÍMPICOS

Mónica Solana o las manos que cuidan de Mireia Belmonte

La trató de las lesiones en los hombros, clave en la recuperación. “Debimos convencerla de que no le volvería a pasar”, comentó.

En buenas manos Mónica Solana, la fisioterapeuta de Mireia.
Alberto Martínez
Licenciado desde 2006 pero escribiendo crónicas desde 2003. En AS desde 2005, donde informa del Espanyol y de polideportivo, especialmente de deportes acuáticos. Ha estado en tres Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Natación y tres Europeos. Autor del libro ‘Jesús Rollán eterno’.
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En julio de 2015, Fred Vergnoux llamó a Mónica Solana, antigua fisioterapeuta de Mireia Belmonte. El técnico francés, que se había hartado de viajar y contactar con especialistas para tratar el problema que tenía su nadadora en los hombros, quiso acudir a la mujer que más había congeniado con Mireia. “La visité y le hice lo de siempre. Le vi los puntos críticos. Los tenía bloqueados. Lo pudimos solventar en poco tiempo pero no quedaba margen de que recuperara la fuerza y participara en el Mundial de Kazán. Los hombros estaban hechos un cristo. Se decidió no participar”, explicó.

Pero Mireia no se fue de vacaciones. Ni tampoco Mónica, que se quedó con ella en el CAR de Sant Cugat, al sol de julio y agosto, incidiendo en la preparación física para que la badalonesa pudiera empezar el año olímpico entrenando al máximo. El objetivo se cumplió. “El entrenamiento de Mireia tiene picos de mucha intensidad. Yo le decía que si no le dolían los hombros era que estaba muerta. Hay momentos de volumen, y los nadadores sufren muchos. Es normal, pero ella tenía miedo de volver a recaer. Le convencimos de que muscularmente no le volvería a pasar y que estuviera confiada”.

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Y así ocurrió. En noviembre de 2015, en la piscina Santa Olaya de Gijón. Los miércoles y los sábados, Mireia ya sabe que le toca con Mónica. “Hacemos dos horas o incluso tres. Tratamos todo. He estado en Sierra Nevada, en las competiciones e incluso en Pretoria (Sudáfrica) durante cuatro semanas. Allí pasamos fin de año y Reyes. Fue una de las concentraciones más importantes hasta alcanzar Río”.

La nadadora de la UCAM cuenta con “unos músculos de calidad”. Todo estímulo que se le haga a Mireia es eficiente, tanto para potenciarlo como para relajarlo, por eso mismo la nadadora es tan receptiva a los entrenamientos de mucha carga y tiene esa capacidad de recuperarse tan rápido.

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