Carolina Marín: hipoxia y dos meses “muy duros” por el oro
La doble campeona mundial debuta hoy (16:45) con la finlandesa Vainio y luego vendrá la danesa Kjaersfeldt. Si es primera, pasará a cuartos.


Carolina Marín pisó la Luna en 2014 cuando ganó el Mundial. Y viajó a Marte al año siguiente cuando se convirtió en la primera jugadora no asiática en revalidar el título. Desde España, país sin tradición, quiere ser también la primera campeona olímpica no asiática. Y si hay que sufrir para ello, se sufre.
“Yo a mi hija no le haría pasar por esto”, cuenta Fernando Rivas, el entrenador que la descubrió con 13 años, y que acaba de ser padre hace poco. “Esto” es la vuelta de tuerca que ha dado a la preparación de Carolina. Pura ciencia y exigencia. “Es importante guardar los secretos que marcan las diferencias. He cambiado en todo, pero no puedo concretar en qué. Han sido dos meses muy, muy duros. He llegado a llorar en algún entrenamiento. No podía dormir de lo cansada que estaba”, retrata ansiosa por empezar la andaluza de 23 años, que cree llegar con el mix que le hace perfecta: “Calma, alegría y fuerza”.
Rivas, licenciado en Educación Física y devoto lector del International Journal of Sports Science, ha incorporado nuevos (y secretos) métodos de hipoxia (simulación de entrenamiento en altura para generar más glóbulos rojos) para su pupila. La meta es “aguantar más en las jugadas largas y recuperar antes”. Conseguir un mejor físico para llegar a los volantes, para despedirlos más precisos.
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Para ello encontraron un aliado en la Unidad de Control de Rendimiento del Centro de Medicina del CAR. “Hemos dejado pocos detalles al azar. La calidad del sueño, la frecuencia cardíaca máxima, capacidad de repetir aceleraciones…”, todo para construir una nueva Carolina que sorprenda. También han reproducido las condiciones de calor y humedad de Río en Ibiza.
Carolina debuta hoy (16:45) con la finlandesa Nanna Vainio y luego vendrá la danesa Line Kjaersfeldt. Si es primera, pasará a cuartos. “Soy diferente”, pregona la Carolina que persigue el oro… y única.

