WATERPOLO

La Selección resucitó a Italia y cayó en su estreno (9-8)

Pasó en tres minutos de ganar 6-8 a perder 9-8. Molina y Español, con siete goles, lideraron en ataque. El equipo de Hernández se queda sin margen de error.

La Selección resucitó a Italia y cayó en su estreno (9-8)
REUTERS
Alberto Martínez
Licenciado desde 2006 pero escribiendo crónicas desde 2003. En AS desde 2005, donde informa del Espanyol y de polideportivo, especialmente de deportes acuáticos. Ha estado en tres Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Natación y tres Europeos. Autor del libro ‘Jesús Rollán eterno’.
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Tres minutos. En ese tiempo la vida le cambió a la Selección masculina de waterpolo, que pasó de ganar a Italia por 6-8 a ver como los subcampeones olímpicos le daban la vuelta al partido (9-8), arengados por una grada que se volcó con ellos. Hasta ese momento, el partido de la Selección era para enmarcar. Capitaneados por el mejor Willy Molina, determinante en ataque y en defensa, y sujetados en los momentos de apuro por el meta Dani López-Pinedo, la Selección superaba en todas las facetas a su rival. Pero la resistencia italiana tuvo un castigo para España excesivo, que ahora deberá recuperarse psicológicamente porque nadie pensaba ya en la derrota.

Gabi Hernández podría dirigir los partidos con gorro y bañador. Su capacidad para transmitirle agresividad al equipo desde la banda, desgañitándose, dio sus frutos en una primera parte inmaculada del equipo español ante la poderosa Italia. La Selección fue creciendo en un primer cuarto que comenzó perdiendo, tras un lanzamiento de Fulvio que no pudo atajar López-Pinedo. Pero reaccionó pronto, demostrando que ha trabajado el ataque. Munárriz, en superioridad, tras una buena circulación de balón, colocó el 1-1. Siguió golpeando Italia con Fulvio, un mosquito puñetero en la piscina. Su picadura puso el 2-1, que contrarrestó Molina de penalti (2-2). España se puso el mono de trabajo en defensa y arruinó dos en ataques con uno más de su rival. Español, el franctoridador del equipo de Hernández, puso el 2-3 con un jugador más.

Nadaba España con madurez en el partido, peleaba sin contemplaciones en las boyas, y el choque discurría con la impotencia de Italia en sus ataques. No encontró forma de derribar el muro. Únicamente Presciutti, en un error de concentración del defensor de boya español, logró marcar en el segundo cuarto, otro parcial para enmarcar de los de Hernández. España siguió aprovechando las superioridades con naturalidad, finalizando en posición de 5 (extremo zurdo), donde Albert Español puso el 3-4. Molina, de nuevo de penalti, abrió la brecha (3-5).

El encuentro pasó a jugarse a la italiana. Defensas cerradas, muchas faltas, pocos goles, y con un sensacional López-Pinedo, que sacó tres manos milagrosas para mantener la distancia, aunque no pudo detener el tanto de Figlioli, la mano de seda del waterpolo acuático. Replicó Molina, omnipresente en sus últimos Juegos (4-6). Presciutti acortó distancias (5-6) y España resistió la diferencia, la antesala de un último cuarto con todo por decidir.

Italia salió decidida a llevarse el partido, y Figlioli apareció para anotar el 6-6 con un lanzamiento espectacular. Pero apareció Molina, santo y seña de este equipo, que se atrevió desde lejos para anotar el 6-7. Español, de contraataque, anotaba el 6-8 que al menos dejaba el empate como mal menor de los de Hernández. Pero Italia no se rinde, y Fondella puso de nuevo a un tanto a su equipo. Quedaban tres minutos, un mundo. Y en ese tiempo España perdió sus opciones. Se le fue la intensidad, la concentración, la fluidez y el acierto en ataque, Molina falló un penalti, López-Pinedo no pudo atajar los lanzamientos de Figlioli, Fondella y Presciutti, y las caras españolas se quedaron a cuadros. Italia había resucitado de entre los muertos. Pero fue solo un partido. Queda un torneo entero.

Gabi Hernández: "El equipo tiene ganas de levantarse, me quedo con eso"

La Selección masculina de waterpolo debutó con el pie izquierdo. Hizo un gran partido ante Italia, subcampeona olímpica, pero cayó en tres minutos de locura en los que los transalpinos le dieron la vuelta al marcador. El seleccionador, Gabi Hernández, encuentra explicación en el arbitraje y en los errores de concentración de su equipo. “Cuando tienes 14 exclusiones en contra y ocho a favor y en la última parte pasa lo que ha sucedido... Es un partido trampa, porque sin sus boyas le han regalado exclusiones. En nuestro deporte eso no se entiende, que sin esos jugadores tengas tantas superioridades”, reflexionó, y abundó en la idea: “Ellos tenían a sus boyas fuera del campo, pero a partir de ahí lograron exclusiones y no supimos defender cómo debíamos. No tuvimos demasiadas superioridades al final, y las que dispusimos no las aprovechamos. Esta fue la lectura del partido”.

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El golpe psicológico es más duro que el clasificatorio, ya que aún quedan cuatro partidos de grupo y España sigue teniéndolo en su mano para pasar a cuartos de final. El problema será el rival que toque, ya que Hungría y Serbia (que empataron 13-13 en un espectacular encuentro) parece que están a otro nivel. Aunque Hernández confía en que sus jugadores pasen página rápidamente de este mazazo inicial. “Cuando se pierde es difícil sacar algo positivo. Me quedo con que el equipo se quiere levantar, se está animando y hay que centrarse en el partido ante Estados Unidos”, comentó.

España tiene un grupo difícil. Estados Unidos, que cayó ante Croacia en esta jornada inicial, tendría que ser el partido que reactive los ánimos españoles. Croacia, Montenegro y Francia cierran el grupo. La Selección debe ganar al menos dos de estos encuentros para asegurarse el pase a la siguiente ronda.

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