JUEGOS OLÍMPICOS

3.000 espectadores no verán las pruebas desde la piscina

AS estuvo en uno de los 3.000 asientos perjudicados por los cuatro pilares que decidió incluir el alcalde de Río en la Piscina Olímpica.

Las columnas impiden la visibilidad a 3.000 espectadores.
Alberto Martínez
Licenciado desde 2006 pero escribiendo crónicas desde 2003. En AS desde 2005, donde informa del Espanyol y de polideportivo, especialmente de deportes acuáticos. Ha estado en tres Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Natación y tres Europeos. Autor del libro ‘Jesús Rollán eterno’.
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La Piscina Olímpica de Río es una de las instalaciones más coquetas de los Juegos, pero también la que refleja la falta de dinero y de criterio de la organización a la hora de recortar en gastos. Como ya avisó en AS el arquitecto encargado de diseñarla, el catalán Quim Pujol, el alcalde de la ciudad, aconsejado por una serie de ingenieros de confianza, decidieron eliminar el soporte del techo debido a su coste y colocar cuatro pilares en las esquinas. Una solución tan eficaz como inapropiada teniendo en cuenta las consecuencias.

El resultado ha sido rídiculo para los cerca de 3.000 aficionados que ocuparán las esquinas superiores de la piscina y que perderán toda la visibilidad de la carrera, ya que dependiendo la zona apenas se aprecia la llegada o se pierde el contacto visual a mitad de carrera. La organización, con tal de paliar su desaguisado, ha colocado al menos unas pantallas en los pilares para que los aficionados no se queden sin ver el desenlace de la carrera.

En el Centro Acuático de Londres ya ocurrió una falta de previsión con el ondulado techo de la piscina, que restaba cierta visibilidad a los aficionados de las últimas filas. No obstante, en este caso se ha dado un paso más. Las pruebas de natación arrancan este sábado. Los precios de las entradas de esas zonas rondaban entre los 120 y los 240 reales, aproximadamente entre 40 y 80 euros. Y desde la organización dicen que todo está vendido.

La piscina se desmontará una vez finalicen los Juegos, por lo que el alcalde ha priorizado otras instalaciones que sí se quedarán fijas y formarán parte del legado. Una decisión que levantó ampollas entre los responsables del COI y arquitectos de la piscina y, a partir del sábado, entre un buen número de espectadores.

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