Los tiradores darán vida al Sambódromo en los JJOO
La instalación acoge el desfile más multitudinario del carnaval de Río de Janeiro y en estos Juegos Olímpicos será el escenario del tiro con arco.


Casas de colores, bajas, resquebrajadas por los costados, gente en la calle y, de golpe, el sambódromo, una instalación de 500 metros de largo que acoge el desfile más multitudinario del carnaval de Río de Janeiro y que en estos Juegos Olímpicos será el escenario del tiro con arco. En pleno barrio de Santo Cristo, “uno de los más pobres de Río”, en palabras de un taxista de la zona muy aficionado al Flamengo, el equipo español se ha entrenado este jueves con la ilusión por las nubes: “Queremos el oro individual y por equipos.
Es un deporte tan imprevisible, que puedes ganar o quedar eliminado en la primera ronda. Depende del feeling, pero los 64 que estamos compitiendo podemos lograr el triunfo”, comentó Miguel Alvariño, de 22 años, gallego y estudiante de electromecánica de vehículos, que vivirá su primera experiencia olímpica y que sueña con seguir la senda de sus paisanos e ídolos: David Cal y Javier Gómez Noya.
La prueba de equipos arrancará este viernes y será el deporte que abrirá los Juegos, al margen del fútbol que dio sus primeras patadas el día 3. La ronda clasificatoria consta de lanzar 72 flechas divididas en seis rondas de 12 tiros. Se suman los puntos obtenidos para cada uno de los miembros del equipo para establecer el ránking y determinar después las eliminatorias. Para ser preciso es necesario entrenar varios aspectos, pues que la flecha se aproxime lo máximo posible a la zona de diez puntos comprende horas de preparación. “Parece que el tiro con arco no necesita dedicación, pero empezamos los entrenamientos sobre las 9:00. Hacemos prácticas durante cuatro horas. De 15:00 a 19:00 seguimos con la rutina hasta que luego hacemos una hora u hora y media de gimnasio. Todo esto lo repetimos cinco días a la semana, incluso a veces algún sábado, pero los domingos acostumbramos a competir”, comentó Antonio Fernández, estudiante de Ingenieria Civil.
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Cada lanzamiento equivale a emplear una fuerza determinada, que el propio tirador define de esta manera. “Hay que tener en cuenta que el arco tiene una tensión de 25 o 28 kilos en cada lanzamiento, y hacemos unos 500 al día. Eso supone toneladas de fuerza empleada. Tenemos que trabajar la fuerza y técnica para aguantar días”, añade Fernández. Al margen del trabajo físico, el entrenamiento mental puede ser igual de decisivo. ¿Cómo tolerar los errores? “Trabajamos la psicología. Aquí tienes que estar muy tranquilo. Es duro para la cabeza, porque las pulsaciones están a tope”, asegura Fernández, a lo que añade Juan Ignacio Rodríguez, estudiante de Telecomunicaciones: “La reacción del cerebro es natural: si no te sale, te frustras. Trabajamos con la psicóloga. Tienes que conocer tu tiro y olvidarte de lo de antes”.
El tiro con arco, deporte que le dio a España un oro en los Juegos de Barcelona '92, les llegó de casualidad en sus vidas. “Un día vino el que ahora es mi entrenador al instituto y lo probamos. Se me dio muy bien y me decanté por ello”, comenta Alvariño. Ahora, reconocen que mantener sus estudios les requiere un esfuerzo doble. “Intento estudiar al mediodía y por la noche. Telecomunicaciones es una carrera dura, pero me voy sacando dos o tres asignaturas al semestre”, explica Rodríguez, justo cuando el resto de participantes siguen lanzando flechas a 70 metros del arco y a 100 del Río menos artificial, auténtico, que mira para otro lado.