Camiseta retirada: pasar a la historia

Este fin de semana experimenté uno de los momentos más emocionantes de toda una vida vinculada al deporte. En la maravillosa Copa Cerdanya, el mejor torneo de fútbol sala (al menos a mi humilde entender) que se celebra en España, en el Pirineo catalán, mi hija Maria y su compañera Paula disputaron su último partido como jugadoras juveniles, culminando todo un ciclo que iniciaron desde la categoría infantil. Dos minutos antes de que concluyera el último encuentro –gracias a la paciencia del árbitro y la generosidad del equipo rival, el Horta- detuvimos el partido –sí, muy al estilo americano- para retirar sus respectivas camisetas: la 15 de María y la 13 de Paula. Ninguna otra chica en el Club Tremedal Fútbol Sala lucirá estos números. Varios familiares de las diferentes jugadoras me preguntaron a qué se debía el ritual, lo cual me obligó a investigar…

El primer club deportivo que retiró una camiseta fue Toronto, en el hockey hielo. La gran estrella de los Maple Leafs, Ace Bailey, cayó lesionado durante la temporada 1933 en un duro duelo contra Boston y hasta se temió por su vida. Bailey se recuperó, pero jamás pudo volver a jugar. Un año más tarde, el propietario del club, Conn Smythe, anunció: “ningún jugador de los Maple Leafs volverá a lucir el número 6 de Ace Bailey”.

Sin embargo, el número más antiguo de los retirados por los equipos de la NFL fue el de un protagonista que jugó antes que Bailey, nada más ni nada menos que George Halas. Aunque los Chicago Bears retiraran más tarde su camiseta, la número 7, el fundador y entrenador de los Bears también jugó con Chicago, desde los inicios del club, como Decatur Staleys, hasta 1927. “Papa Bear” es uno de catorce miembros de los Bears cuyas camisetas han sido retiradas. En este apartado, Chicago ocupa la primera posición de toda la NFL y es cuarto en el deporte profesional americano, por detrás de Boston Celtics (21), Montreal Canadiens (18) y New York Yankees (15).

Es cierto que retirar números en el fútbol americano es muy complicado, estando las plantillas formadas por hasta 53 jugadores en temporada regular. De hecho, los Bears anunciaron que el número 89 de Mike Ditka sería el último que retirarían y hay equipos, como los propios Dallas Cowboys, que no han retirado ninguno. No obstante, nadie ha utilizado todavía en el Equipo de América el 12 de Roger Staubach.

Para unos es una ñoñería, para otros, como yo, un tema de tradición. Pero no puedo imaginarme a ningún Packer portando el 4 de Brett Favre o a un Bear luciendo el 34 de Walter Payton. Tener tu número retirado significa, ante todo, la importancia que has tenido en la consolidación de un club, en forjar un grupo sólido: objetivos prioritarios de un deporte de equipo.

Cinco cosas que pienso:

1. Pienso que los números retirados no son solo cosa de grandísimos jugadores, Brian Piccolo, un corredor de los Bears que no fue el mejor de la historia de la franquicia, pero que inspiró a su equipo batallando contra un cáncer que acabó llevándose su vida, también tiene retirado su número 41.

2. Pienso que a quienes les guste el cine de fútbol americano no pueden perderse la película Brian’s Song (en castellano se llamó Compañeros), sobre la vida de Piccolo y su compañero de backfield, Gale Sayers (su número 40 también está retirado). La cinta trata de cómo la amistad de ambos superó la barrera racial en la complicada década de los sesenta.

3. Pienso que es curioso que Reggie White, probablemente el mejor defensive end que ha jugado este deporte –perdón J.J. Watt- tenga su número (92) retirado tanto en los Philadelphia Eagles como en los Green Bay Packers.

4. Pienso que es curioso que un equipo, Seattle Seahawks, haya retirado el número 12 en honor a su afición.

5. Pienso que, nos haya caído bien o mal, tenemos que reconocer que Buddy Ryan fue uno de los grandes genios defensivos de este deporte. Su defensa 46 con los Bears que ganaron la Super Bowl XX es, para muchos, la mejor de la historia. La retaguardia de Ryan dejó en cero puntos a sus dos rivales de playoff en la NFC en aquella temporada (Giants y Rams) y permitió solo diez –siete en el último cuarto con el partido ya decidido- a los Patriots en la Super Bowl. ¡Descanse en paz!