Cacho al Rey tras ser abrazado: "Majestad, que estoy sudado"
Fermín fue campeón olímpico en Barcelona 1992 y Juan Carlos I pidió recibirle en el palco. "Estaba más nervioso que en la salida de carrera", dijo el atleta.
El 8 de agosto (mes octavo) de 1992, ligeramente pasadas las ocho de la tarde, Fermín Cacho se proclamó campeón olímpico de 1.500 metros con el dorsal 404, que suma ocho. El mayor éxito en la historia del atletismo español y primer título para un corredor, pocos días después de que Dani Plaza obtuviera idéntico galardón en los 20 kilómetros marcha, en su ciudad natal.
Cacho ganó una carrera lenta, pero vibrante, con autoridad, de forma espléndida. Una carrera que enamoró a la Familia Real española, que estaba en el palco del Estadio Olímpico de Montjuïc, ahora rebautizado como Lluís Companys. El Rey Juan Carlos quiso saludar al ganador y se envió alguien a comunicarle al ya campeón que subiera al lugar de honor.
Y lo hizo. Antes de entrar en ese palco, en aquellos momentos regio, alguien le comunicó unas ciertas normas de protocolo: “Cuando pase a su presencia espere a que el Rey se acerque a usted, y no le tienda la mano hasta que él se la tienda a usted, y no le hable si él no le habla. Y lo mismo con la Reina Sofía”.
“Estaba más nervioso antes de entrar al palco que antes de tomar la salida en la final de 1.500 metros”, reconoció Fermín, atleta soriano que entonces tenía 23 años. “Pensé que todo iba a ser muy rígido, pero en cuanto entré al palco el Rey vino rápidamente hacia mí y no me dio la mano, sino un abrazo. Yo estaba en chándal y acababa casi de correr. Y le dije ‘Majestad, que estoy sudado”.
Y el Rey fue curioso: “Has adelantado por dentro, ¿qué hubiera pasado si te cierran?” y a lo que Fermín contestó con su desparpajo innato: “Pues que hubiera adelantado por fuera, Majestad”. Y es que Cacho estaba muy seguro de sí mismo. De hecho, tras comer en la Villa Olímpica junto a Martín Fiz y otros atletas, se fue a dormir una pequeña siesta y le dijo al vitoriano: “Martín, voy a acostarme ahora un poco y esta tarde voy a ser campeón olímpico”. Y lo fue.
En cuanto al monarca español, se le conoció como ‘El Rey de Oros’, porque, espléndidamente asesorado por técnicos de Barcelona 1992, tuvo la habilidad de estar presente allí donde había españoles que ganaban títulos. Ese mismo día España obtuvo el título en fútbol, y allí, en el Camp Nou, estaba también Juan Carlos I. Y sin abucheos.