El 'Brexit' podría ser positivo para la NFL en Gran Bretaña
La salida del Reino Unido pone en duda el proyecto de la NFL en Londres pero, contra lo que podría pensarse, elimina un serio obstáculo del plan.
Los resultados de la votación del 'brexit', en la que los ciudadanos del Reino Unido decidían si querían seguir en la Unión Europea o no, han sido un bombazo político y económico. Los ciudadanos británicos, convocados en referéndum, han decidido que se quieren ir del proyecto común europeo.
El deporte no se escapa de las consecuencias de esta decisión y tampoco la NFL. La liga lleva años con un ambicioso programa de expansión hacia Europa cuyo eje central es Londres. Desde el 2007 se juegan allí las llamadas 'International Series'. Al principio era un partido por temporada pero esa cifra se ha ido elevando de forma paulatina y en este 2016 ya serán tres los duelos que se disputen en la capital inglesa, divididos entre los estadios de Wembley y Twickenham.
Sin embargo, hasta ahora esas series eran también consideradas, por así decirlo, unas series europeas. Los aficionados de todo el continente acudían a Londres para ver los partidos. No todo el público en el estadio de Wembley estos años pasados era británico, ni mucho menos.
La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea dificultaría los viajes de los aficionados al tener que volver a la antigua rutina de los pasaportes y las fronteras bastante menos porosas, o cómodas. Por otro lado, los expertos opinan que este divorcio haría de la libra esterlina una moneda más débil y, en ese caso, sería más barato acercarse a ver encuentros de la NFL un fin de semana de otoño desde el resto del continente.
Todo sumado podría hacer que la NFL acelerase su idea de llevarse uno de los partidos a Alemania, algo que ya estaba previsto en este plan de expansión.
No obstante, todo lo anterior no deja de ser un asunto logístico que esconde el verdadero corazón de este proyecto europeo de la liga profesional de football, que no es otro que valorar la posibilidad de crear una franquicia en Londres. Y, en ese caso, el 'brexit' podría ser de ayuda.
Porque la NFL choca, de forma directa, con los principios de la Unión Europea en cuanto a la libre circulación de personas y trabajadores. En el mundo del fútbol saben bien de esto, pues la archifamosa 'ley Bosman' cambió su estructura de negocio para siempre. En un mercado libre como el que se propugna desde Bruselas no cabe, ni por asomo, el mundo de la NFL con sus límites salariales, sus contratos no garantizados y su draft.
Negociar un convenio colectivo privado del calibre del de la NFL en el contexto de la Unión Europea sería una pesadilla. Sin embargo, parece mucho más sencillo si se hace sólo con un país que, además, en la hipótesis de la llegada de la liga, pondría todas las facilidades del mundo para que se llevase a cabo.
Las turbulencias políticas y económicas de una decisión como la del Reino Unido de abandonar la Unión Europea son gigantescas, y de enorme calado. Predecirlas a un par de años vista resulta fútil desde el ámbito del deporte que, por descontado, va a mucha distancia en importancia de lo anterior. Pero para la NFL, para la organización en sí y para su proyecto de expansión en Londres, no tienen porque ser malas noticias,