Julio Urías progresa adecuadamente en los Dodgers
El pitcher del conjunto californiano no para de mejorar con cada actuación en las Grandes Ligas y puede colocar en una difícil situación a la gerencia.
“Es que antes no había tanta información”, te dicen tus mayores cuando les preguntas por algunos temas delicados. El béisbol no es una excepción. Vivimos en la era más científica del béisbol, donde nada se deja al azar. La calculadora y los números marcan la hoja de ruta de jugadores y equipos. Luego, las teorías se confirman sobre el campo o no, pero lo cierto es que nada se deja al azar. Julio Urías lo ha vivido en primera persona desde que debutó en Grandes Ligas hace un mes.
A Julio le tienen milimetradas las entradas y los lanzamientos de cada salida. Su límite de picheos subió por encima de los 90 por primera vez el miércoles, ante los Nationals de Washington: aguantó hasta los 94. Este es quizás el único defecto del joven de Culiacán: que lanza mucho. Demasiado para un abridor. Pero que no cunda el pánico: con 19 años y recién estrenado en las Mayores, era de esperar. Urías acumula 24.1 entradas lanzadas en sus seis aperturas, pero en ninguna llegó al sexto episodio. Además, el hecho de jugar en la Liga Nacional y tener que batear es otra razón para que lo sustituyan antes de tiempo por un bateador emergente.
Desconozco cuántos picheos tiraba Fernando Valenzuela en su año de debut, ya que la web Baseball Reference solo registra el número de lanzamientos por partido desde 1988 en adelante. Esa temporada, un Valenzuela de 28 años llegó a los 150 picheos en un juego contra los Padres de San Diego. “Eran otros tiempos”, suele decir Dave Roberts cuando le preguntan por el tema. Y es cierto. Quizá, si Tommy LaSorda fuera el técnico actual de los Dodgers, no haría sus alineaciones a ojímetro y tendría medidísimas las actuaciones de sus pitchers titulares. Pero el desarrollo de teorías estadísticas y lesiones catastróficas debido a la sobreutilización de los jugadores ha provocado que el gremio de lanzadores titulares baile en la cifra de los 100 lanzamientos.
El plan para Urías era regresarlo al filial de los Dodgers en Oklahoma City después de su apertura del miércoles. La gerencia del equipo lo ha mimado desde que llegó a la organización con solo 16 años. Pero su progresión en el primer equipo de la franquicia angelina le han valido para, al menos, aguantar un juego más con los Dodgers. “Se lo ha ganado y lo necesitamos”, dijo el mánager Dave Roberts. Sin embargo, con las recuperaciones del coreano Ryu y Brandon McCarthy, Julio Urías se quedaría sin hueco en la rotación.
Todo hace indicar que regresará a Triple A tarde o temprano, y que su fecha de regreso al primer equipo es incierta. Y no porque no lo merezca. En sus dos últimos juegos, Urías lleva una ERA de 1.80 y se ha cargado a 14 bateadores. Como en el colegio, el mexicano ‘progresa adecuadamente’ y demuestra en cada partido que está llamado a ser el pitcher del futuro para los Dodgers.
Pero como vivimos en el presente y el futuro está, aún, por delante de nosotros, la gerencia angelina quiere cultivar con mimo a su planta más preciada. Urías ya ha dicho que él se siente muy a gusto en el equipo y que hará lo que le manden hacer. “Ellos quieren lo mejor para mí”, asegura. “Tiene todos los ingredientes para triunfar”, dijo Rick Honeycutt, el entrenador de picheo.
Si el proceso da sus frutos, la espera habrá merecido la pena.