“El riesgo de infección en las aguas de Río es aún alto”
Fernando Echávarri, de vela: “Si llueve, la suciedad lo invade todo. Joan Herp sufrió un corte y tuvo que volver a España.
El 5 de agosto darán comienzo los Juegos de Río, y el problema de las aguas contaminadas en la Bahía de Guanabara persiste. Así lo confirma Fernando Echávarri, campeón olímpico en Tornado en Pekín 2008 y que en Brasil formará pareja con Tara Pacheco en Nacra 17. Los dos, junto al técnico Santi López-Vázquez, sufrieron un atraco a punta de pistola el pasado mes, cerca de las instalaciones olímpicas cuando iban a desayunar.
Echávarri, que con 43 años es el representante de mayor edad del equipo, advierte: “Todas precauciones que podamos tomar serán pocas. La limpieza en la Bahía de Guanabara no está solucionada; la violencia callejera no disminuye y el zika es otro motivo de alarma”.
El gobierno del estado de Río asegura que la contaminación en la zona de regatas ha disminuido un 60% y que las barreras anticontaminación y las labores de acondicionamiento están dejando Guanabara a punto.
“Eso dicen —suspira Echávarri—, pero nos estamos vacunando ya contra la fiebre tifoidea, el tétanos y la hepatitis A y B. En agosto será invierno y las aguas de la bahía, si no llueve, estarán más o menos bien, pero si llueve todos los desagües de la ciudad van a ella y la suciedad lo invade todo. En Pekín 2008 también tuvimos ese problema, pero se solucionó antes de empezar. En Río no, y la contaminación sigue. No se han hecho todos los esfuerzos por eliminarla. Los restos de plástico y aguas contaminadas no desaparecen de un día para otro”.
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La preocupación está ahí para un regatista que vivirá sus terceros Juegos: “Esto nos afecta en gran manera. Y debemos ir con mucho cuidado porque hay mucho plástico flotando que puede encallarse en quillas y timones. Eso te puede hacer perder una medalla y el trabajo de cuatro años”. Muchas tripulaciones españolas han estado ya entrenando en Río, y el día a día es difícil. El catalán del 470 Joan Herp sufrió un corte en el tobillo derecho en el agua, recibió puntos, volvió a entrenar, se le infectó la herida y tuvo que volver urgentemente a España. “Una herida en estas aguas preocupa porque el riesgo de infección es alto. Procuramos no correr riesgos, pero si te haces una debes limpiarla inmediatamente por el peligro de infección”, relata Echávarri.
Para Echávarri, el zika es el menor de los problemas. “Ahora es otoño en Río y en invierno la bajada de temperaturas puede acabar con el mosquito, pero hay que ir con cuidado”, explica, y reconoce que un miembro del equipo de apoyo ha sufrido el virus: “Ya está recuperado”. Le inquieta más la falta de seguridad que sufrieron en sus carnes. “Se están tomando medidas y los equipos tendremos protección, aunque con el aumento de visitantes en los Juegos todo puede agravarse. Nos garantizan la seguridad durante los Juegos y estamos a menos de dos meses de su comienzo. ¿Pero qué pasará hasta que comiencen y que pasará cuando acaben?”. El panorama no pinta bien.