Muhammad Ali en 12 asaltos
Campeón olímpico en 1960 en Roma. Sus tres batallas con Frazier y la de Kinshasa con George Foreman son historia. Fue castigado tres años.
1. LA BICICLETA (1954). Ali, que nació en 1942, no sufrió penurias en un Louisville segregado racialmente. Su padre era rotulista. Con 12 años, le robaron su bicicleta de 60 dólares. Lo denunció a Joe Martin, policía local y entrenador de boxeo amateur en un sótano. Clay quería dar una paliza al ladrón... y Martin le sugirió que antes aprendiera a pelear. Comenzaba su carrera.
2. LA MEDALLA DE ORO (1960). Tras 108 combates como aficionado (100 victorias) Clay fue a los Juegos de Roma 1960 con 18 años. Tenía miedo a volar y pasó el viaje rezando con el paracaídas puesto. Pero se trajo el oro derrotando al veterano polaco Pietrzykowski. “No me quité la medalla en 48 horas, dormí boca arriba”. En el aeropuerto de Louisville le esperaba una multitud... negra. Días después no quisieron servirle en una cafetería de blancos. En su biografía The Greatest se cuenta que, por la rabia, tiró su medalla al río Ohio. Años después lo desmentiría el propio Ali: “No sé dónde la dejé”.
3. COOPER Y EL GUANTE (1963). El 18 de junio de 1963, todavía atendiendo por Cassius Clay y sin abrazar la fe musulmana, Ali se plantó en la catedral de Wembley ante 55.000 espectadores y estuvo en un tris de perder. Ese día pudo cambiar la historia del boxeo... En el cuarto round, un gancho con la zurda de Henry Cooper, 29 años entonces por los 21 del dios de ébano, mandó contra las cuerdas a Ali justo cuando sonaba la campana. ¿Qué habría ocurrido si hubiera sido un poco antes y si Angelo Dundee no hubiese estado en la esquina de Ali? El preparador lo auxilió rápido en el taburete, le aplicó sales y le dijo al árbitro, Tommy Little, que se le había roto un guante. Con la confusión, alargó en seis segundos el descanso de Clay. Un suspiro vital que permitió al gigante salir en tromba y, en el quinto, destrozar el rostro de Cooper y obligar al árbitro a detener el combate. “Cené después un par de veces con Dundee y me reconoció que él había cortado el guante”, explicó años después Cooper.
4. CAMPEÓN DEL MUNDO (1964). En 1964, Sonny Liston le dio la oportunidad a Ali. El periodista David Remnick, en ‘Rey del mundo’, relata que las apuestas favorecían al Gran Oso por 7-1. El reportero de The New York Times Robert Lipsyte había recibido la orden de su jefe de estudiar el camino más rápido entre el ring y el hospital para narrar el traslado de Ali. No fue así. Clay, que ya había abrazado la Nación del Islam, ganó en el octavo asalto. Malcolm X lo jaleó desde la butaca 7 y vio cómo el boxeador se subió a las cuerdas para gritar: “¡Soy el rey del mundo!”. En el tercer asalto, Liston frotó sus guantes con un producto que produjo quemazón en los ojos a Ali. “¡Sal y corre!”, le dijo su preparador Dundee tras limpiárselos un poco... flotó como una mariposa y al final ganó.
5 .LA REVANCHA Y LA FOTO (1965). La revancha con Liston estaba pactada. Iba a ser en noviembre en el Boston Garden, pero tres días antes Ali tuvo que ser intervenido de una hernia inguinal. Se aplazó al 25 de mayo de 1965. Malcolm X, enfrentado con Elijah Muhammad, fue asesinado el 21 de febrero de 1965. Con el clima enrarecido, en Boston se echaron atrás y el combate se fue a la pequeña, y blindada, Lewinston (Maine). En el primer asalto, una derecha a la sien tumbó a Liston. Es la famosa foto: “¡Levántate y pelea!”. Tras varias defensas, Ali fue desposeído de su título por no ir a Vietnam. Cuando se le restituyó la licencia, lo acabó recuperando.
6. FLOYD PATTERSON (1965). Patterson, excampeón mundial, era el ‘negro bueno’ para los blancos. Se negaba a llamar a Ali por su nuevo nombre y dijo que iba “a recuperar el título para EE UU”. En Las Vegas, Ali destrozó a Patterson. “Era como un niño arrancando las alas de una mariposa”, describió un cronista. Patterson acabó cegado por el resplandor y el boxeo de Ali: “Al final, comprendí que yo no era más que un boxeador y que él, en cambio, era historia”.
7. NO A VIETNAM (1967). “¿Por qué me piden ponerme un uniforme e ir a 10.000 millas de casa a arrojar bombas y disparar balas a gente de piel oscura mientras los negros de Louisville son tratados como perros y se les niegan los derechos humanos más simples?”, se preguntó Ali. Y se negó a ir a la Guerra de Vietnam. Ahí trascendió al boxeo y se convirtió en un símbolo de paz. Condenado a cinco años de cárcel, no la pisó. Volvió tres años después.
8. EL COMBATE DEL SIGLO (1971). Joe ‘Smokin’ Frazier, a quien Ali presentó como personificación del ‘Tío Tom’, ganó en 15 terribles asaltos a Ali en el Madison Square Garden de Nueva York. Lo contó Norman Mailer y lo retrató Frank Sinatra. La reconquista del título mundial tendría que esperar.
9. REVANCHA CONTRA FRAZIER (1974). En 1974, sin título en juego, ‘El loco de Louisville’ se tomó revancha con Frazier en el Garden. “Voy a destruirlo”, amenazó. Y ganó en 12 asaltos por decisión unánime. Antes del pleito, Ali lanzó algaradas verbales brutales, descarnadas e hirientes que en Frazier dejaron unas heridas gigantescas que nunca llegaron a cerrar.
10. RUMBLE IN THE JUNGLE (1974). Don King convenció a George Foreman para poner en juego su título mundial en Kinshasa (Zaire) por cinco millones de dólares. Ali cobró la misma cifra en una operación en casa del dictador Mobutu Sese Seko desprovista de ética pero donde encontró sus raíces africanas. A las 04:00 de la madrugada para que en EE UU fuera prime-time, los dos colosos salieron a un estadio donde habían actuado BB King y James Brown. Aullaba la grada (‘Ali, bomaye!’, ‘Ali, mátalo’) y Ali, con una estrategia de dejarse golpear por el mazo de Foreman (Rope a dope) encontró un hueco para su derecha en el octavo asalto y el texano cayó como un fardo. Otra vez campeón mundial.
11. THRILLA IN MANILA (1975). El presidente filipino Ferdinard Marcos imitó a Mobutu y con un baño de dólares llevó a Ali y Frazier a desempatar en Manila. “Es lo más cerca que he estado de la muerte”. Así resumió Muhammad Ali su tercer duelo contra Smokin Frazier, un 1 de octubre de 1975. Retuvo su título en medio de un calor húmedo y agobiante. El juez detuvo el pleito en el 14º asalto.
12. PEBETERO EN ATLANTA (1996). Fue el encargado de encender el pebetero, ya afectado por el Parkinson. Y millones de personas no pudieron contener las lágrimas cuando vieron avanzar al mito. “La mano derecha me temblaba por el Parkinson, la izquierda por el miedo. Pero de algún modo conseguí encenderla”, recordó.