Se acabó lo que se daba y termina la racha de Bradley Jr.
El exterior de los Red Sox no fue capaz de prolongar su racha de partidos seguidos con un hit y se quedó finalmente con 29 consecutivos.
Los Boston Red Sox se están posicionando como uno de los mejores conjuntos de la competición, con un ataque extremadamente dinámico liderado por un David Ortiz que afronta su último año en las Grandes Ligas y repleto de jóvenes talentosos que le están insuflando un extra al adiós del dominicano.
Entre ellos, el estelar exterior central, un Jackie Bradley Jr. que ha sido capaz de enlazar una maravillosa racha de 29 partidos consecutivos logrando al menos un hit. Por principio, ser capaz de lograr un hit en un encuentro es casi una proeza, visto cómo se desenvuelven algunos pitchers de la MLB. El fin de esa gran racha nos obliga a mirar en perspectiva el crecimiento de este jugador, que ha pasado de ser alguien de equipo a una de las piezas indispensables de este turno.
Pittsburgh Pirates-Arizona Diamondbacks (8-3)
Un errático Gerrit Cole no pudo cosechar un nuevo triunfo en la temporada, pero la gran labor del resto de lanzadores y un Josh Harrison que no pudo actuar de inicio por una enfermedad, fueron claves a la hora de decantar la balanza definitivamente a favor de los Pirates. El doble de dos carreras con dos eliminados en la sexta entrada por parte del habitual segunda base es otro ejemplo más de la flexible ofensiva de los de Pennsylvania.
Tampa Bay Rays-Miami Marlins (1-9)
El diestro José Fernández es bueno, muy bueno. Los doce strikeouts del pitcher de Miami son una muestra de su aplastante dominio contra los rivales estatales y supone ya su sexto triunfo consecutivo. A pesar de ocasionales problemas de control, la sensación que da el cubano es que ha vuelto a su nivel previo a la operación Tommy John y eso es estar entre los tres o cinco mejores de su liga. Es cierto que su número de entradas está limitado, pero la perspectiva para 2017, cuando ya no esté tan sujeto por las recomendaciones médicas, es para que le gotee a uno el colmillo.
New York Yankees-Toronto Blue Jays (1-3)
El regreso de Alex Rodríguez tras su paso por la lista de lesionados no trajo la misma suerte que la clásica pata de conejo. No consiguió ningún hit en sus cuatro pasos por el cajón de bateadores y J.A. Happ se sobrepuso al home run inicial de Starlin Castro hasta que el ataque abrió la lata contra C.C. Sabathia, con Edwin Encarnación y Devon Travis como grandes protagonistas.
Washington Nationals-St. Louis Cardinals (2-1)
Incluso los enormes talentos como Bryce Harper pasan por sus habituales malas rachas y, cuando son capaces de salir del pozo, alguien tiene todas las papeletas para pagar los platos rotos. Sólo contó como un home run, pero… ¡menudo home run! La mala trayectoria, con cuatro hits en 33 apariciones en el plate, debe ser cosa del pasado y lo será.
Boston Red Sox-Colorado Rockies (2-8)
Con el Hall of Famer Wade Boggs en el campo y homenajeado antes del partido, Jackie Bradley Jr. no pudo alcanzar la treintena de encuentros seguidos con un hit, pero estuvo cerca ya que hubo un par de bolas que se quedaron en el campo… y bien podrían haberse marchado fuera. Ortiz siguió a lo suyo, con un home run de dos carreras, pero Buchholz también siguió con lo suyo y los bates de los Rockies lo volvieron a hacer mucho daño en las entradas centrales y vía home run, cortesía de Story, González y Garneau.
Atlanta Braves-Milwaukee Brewers (2-6)
Una serie más y otra perdida más en casa por parte de los Braves. Su récord en casa es el peor con diferencia de las Grandes Ligas (2-20), y su marca global (12-34) iguala el peor inicio de la historia del equipo en 1906 y 1911. Llegarán tiempos mejores, pero es duro aguantar el chaparrón, incluso con la notable salida de Matt Wisler. Braun y Villar lograron sendos home runs para finalizar el barrido por parte de los Brewers.
Houston Astros-Baltimore Orioles (4-2)
George Springer fue capaz de sacarla del campo en un par de ocasiones y los pitchers de los Astros fueron un enigma para los bateadores de los Orioles a lo largo de todo el barrido en la serie, estableciendo un nuevo récord con 52 strikeouts a lo largo de los tres partidos. Esta es la cara menos brillante, pero cara a fin de cuentas del ataque de los de Baltimore. ¡No todo van a ser home runs!