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Tribuna Libre

Y los Redskins dejaron de cantar ‘Dixie’

La integración de los jugadores afroamericanos en el football profesional no fue precisamente un camino de rosas. Hasta 1962 aún había equipos sin afroamericanos.

Y los Redskins dejaron de cantar ‘Dixie’
Getty Images

La integración de los jugadores afroamericanos en el football profesional no fue precisamente un camino de rosas. La NFL primigenia, formada mayoritariamente por equipos del nordeste y el medio oeste americano, representaba a las grandes (y algunas pequeñas) ciudades industriales cuya composición racial era mayoritariamente blanca. Estamos hablando de los años previos a la mecanización del trabajo agrícola en los estados sureños, lo que impulsó a cientos de miles de afroamericanos a emigrar al norte industrial en busca de trabajo.

Al football profesional se llegaba a través del universitario, y en los años 40 o 50 eran pocos los estudiantes universitarios de color. Cierto es que existían las llamadas ‘universidades negras’, pero se trataba de centros educativos que eran ignorados sistemáticamente por las franquicias de la NFL en el draft anual.

Entre 1920, año de la fundación de la NFL, y el final de la Segunda Guerra Mundial, solo un puñado de jugadores negros llegó a participar en la competición, y casi siempre de forma ocasional. Habría que esperar hasta los años 50 del pasado siglo para que la integración de jugadores afroamericanos en la NFL comenzara a ser una realidad.

La aparición de la American Football League (AFL) en 1960 aceleró esta tendencia. Como los jugadores blancos del draft seguían prefiriendo firmar por equipos de la NFL, los propietarios y general managers de la AFL pusieron sus ojos sobre los pequeños colleges del Sur. Muchos jugadores negros que jamás habrían firmado un contrato en la NFL obtuvieron así una oportunidad de ser profesionales del deporte. La NFL y la AFL finalmente se fusionaron en 1970. Para entonces, la integración de jugadores afroamericanos era ya una realidad. Incluso empezaban a ocupar posiciones tradicionalmente reservadas a jugadores blancos, como la de middle linebacker.

Sin embargo, en todo este largo proceso de integración hubo un equipo que destacó para mal: los Washington Redskins. El equipo, fundado en 1932 como Boston Braves, se había trasladado a Washington D.C. en 1937 en busca de más apoyo popular. Su propietario, George Preston Marshall, era un segregacionista declarado. Suya es la frase “empezaremos a fichar a negros cuando los Harlem Globetrotters fichen a blancos”.

En 1961 los Redskins eran la única franquicia de la NFL que no contaba con jugadores de color. Ese mismo año el equipo comenzó a disputar sus partidos en el Washington D.C. Stadium, uno de cuyos promotores había sido el Departamento de Interior del gobierno estadounidense. El secretario de Interior, Stewart Udall, urgió a Marshall a integrar jugadores negros en su equipo si no quería ser expulsado del estadio.

Al propietario de los Redskins no le quedó más remedio que acceder al ‘chantaje’ del gobierno federal y en el draft de 1962 seleccionó al halfback Ernie Davis, el primer afroamericano ganador del Trofeo Heisman. Sin embargo, Davis rechazó jugar para un racista como Preston Marshall (“no jugaré para ese hijo de puta”) y fue traspasado a los Cleveland Browns a cambio de Bobby Mitchell, el primer jugador de color en la historia de los Redskins.

De Mitchell se cuenta una curiosa y no muy divertida anécdota. En una de las primeras reuniones del equipo, George Preston Marshall ordenó que se interpretará ‘Dixie’, una canción tradicional sureña que muchos asocian con la Guerra Civil Americana y los estados esclavistas. Preston Marshall incluso obligó al pobre a Mitchell a unirse al resto de jugadores que cantaban la canción. Mitchell jugó durante siete años para los Washington Redskins y acabaría ingresando en el Pro Football Hall of Fame.

Epílogo

Marshall murió en 1969 y el nuevo propietario de los Redskins, Jack Kent Cooke (que también fue propietario de Los Angeles Lakers), tenía una mentalidad más abierta respecto a la integración racial. De hecho, en 1987 los Washington Redskins se proclamaron campeones de la Super Bowl por segunda vez en su historia de la mano del primer quaterback afroamericano en ganar un anillo de campeón: Doug Williams. Habría que esperar 27 años, hasta 2014, para que otro quaterback de color, Russell Wilson, ganara una Super Bowl.