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Desde el Bullpen

Marineros de agua dulce

Aunque tome prestado el título de una película de los hermanos Marx, la temporada de los Mariners no está siendo para tomársela a broma.

Robinson Canó está jugando como el MVP que pensaban los Mariners cuando afrontaron su fichaje.
OTTO GREULE JRAFP

Después de un año en el que la franquicia del estado de Washington firmó un registro de más derrotas, 86, que victorias, 76, el hecho de que los Mariners ocupen el primer puesto de la división oeste de la Liga Americana hace que la ilusión de la afición se encuentre a una altura sólo comparable con la aguja espacial.

Uno de los principales responsables, si no el que más, de este giro Copernicano es Robinson Canó. El dominicano, aquejado de lesiones, virus y demás desgracias, realizó un 2015 sencillamente horroroso hasta el punto de que se empezó a poner en duda el contrato de diez años de duración y un montante de 240 millones con el que se le arrancó de los Yankees. Canó, segunda base de 33 años, ha resurgido de sus cenizas cual ave fénix y está realizando hasta la fecha la mejor temporada de su vida. No sólo ha mandado la bola a la grada al menos una docena de veces, sino que lidera las Grandes Ligas en carreras impulsadas.

El origen de este renacimiento hay que buscarlo en octubre y no porque el jugador acudiera a la consulta del célebre psiquiatra Frasier Crane. Cano viajó hasta el Institute Vincera de Philadelphia a visitar al doctor William Meyers. El cirujano le operó de dos hernias que tenía, una a cada lado de la zona abdominal.

Aunque la estadística avanzada puede analizar prácticamente todo el juego, hay aspectos como el compromiso y el liderazgo que todavía se escapan a la ciencia matemática. Así, esta temporada Canó está plenamente centrado en el juego, sin esos lapsus de atención que la temporada pasada tanto desesperaron a la franquicia y a los aficionados. Además, está ejerciendo de mentor con los jóvenes jugadores y, reconocido por la gerencia de la franquicia, es el catalizador, junto a Félix “el Rey” Hernández y Nelson Cruz, del gran ambiente que reina en la plantilla.

La única pena que tienen en Seattle es que estos buenos tiempos no los puede disfrutar Evelyn Charlotte Jolly Jones, su más célebre seguidora. Evelyn tenía 69 años de edad cuando en 1977 se fundó la franquicia. Seguidora incondicional desde siempre, el pasado 11 de julio, con motivo de su 108 cumpleaños, lanzó el primer lanzamiento del partido a Félix Hernández, convirtiéndose de esta manera en la persona de mayor edad en realizar el primer lanzamiento en la MLB. Además, para conmemorar el momento, Evelyn quedó inmortalizada en un cromo que forma parte de la serie número 1 de 2016. Tristemente Evelyn falleció el 5 de enero, dejando un hueco en el Safeco Field que nadie podrá rellenar.

La cultivada ciudad que vio nacer a Jimi Hendrix y el grunge siempre ha tenido fama de perdedora, deportivamente hablando. Sólo los Seahawks y su Legion of Boom han dado una alegría a la ciudad, que quedó traumatizada con la marcha de los Supersonics a Oklahoma.

Esta temporada el optimismo reina en Seatlle. Los Mariners han zarpado en la buena dirección y su casco parece que no tiene vías de agua. Es pronto para saber si navegarán hasta octubre, pero de momento todas las escalas de su viaje están siendo satisfactorias. Aunque ya no pueden contar con el ánimo de Evelyn, necesitan que el mejor Robinson Canó les siga guiando hasta buen puerto. Y Cano lo necesita también.