Los primeros downs serán clave para Jared Goff y los Rams

Los Rams eligieron con el número uno del reciente draft a Jared Goff, quarterback de la universidad de California. Para tener acceso a ese pick Los Angeles debió enviar a Tennessee gran parte de su draft de este año y del siguiente. La apuesta ha sido muy fuerte y la recompensa debe llegar muy rápido. Aunque de momento no haya confirmación oficial es un secreto a voces que Goff será el titular de los Rams cuando se inicie la temporada regular.

Si la era Jeff Fisher lleva años sin despegar ha sido en buena medida por el desastre que ha sido la ofensiva de St. Louis (ahora Los Angeles), en especial su juego de pase. Fijaos en las estadísticas de los Rams el año pasado relacionadas con el quarterback rating: los peores en el QB rating total, en el importante 4º período, en la zona roja, en formación shotgun y con cuatro receptores en el campo. Cuando llegaron a la yarda 10 del oponente el rating fue un abismal 30.3 Les habría ido mejor lanzando directamente pases incompletos:

Viendo estas estadísticas no parece tan difícil que la llegada de Goff no pueda mejorarlas. Desde luego, una cosa está clara, a peor no van a ir. En college jugó casi exclusivamente en shotgun y en la mayoría de las ocasiones con múltiples receptores, aportando pues en dos de las facetas que peor hicieron los Rams en 2015.

Cuando un quarterback debutante se hace con los mandos de un equipo de NFL se tiende a pensar de forma natural en cómo sus entrenadores han de protegerle simplificando sistemas y utilizando el juego de carrera en primer y segundo down para dejarle situaciones cómodas de tercer down. En la NFL actual eso considero que es un error. Las defensas más complejas para leer para un rookie, y para cualquiera, son las que se montan en tercer down. Sin embargo, en primer down los coordinadores defensivos suelen llamar sus jugadas más básicas y centrarse en leer la posible carrera. Limitar las oportunidades de tu pasador novato en primer down para cargarlas en el más difícil tercero no es el camino a seguir.

La campaña pasada los Rams fueron uno de los peores equipos en primer down de toda la liga. Eso ocurrió pese a contar con los servicios del extraordinario runningback Todd Gurley, uno de los pocos elegidos que pueden cambiar un partido hoy día siendo corredor. No hay más que ver la selección de jugadas en 1º y 10 de St. Louis y compararla con la de algunos otros equipos que podrían jugar de forma similar a ellos -filosóficamente hablando- como Carolina y Seattle para ver la diferencia:

La amenaza de Gurley en las defensas rivales fue muy grande a partir de la quinta-sexta jornada, pero a pesar de ello los Rams apenas utilizaron el pase en un 36.2% de sus jugadas en 1ª y 10. Equipos corredores como Carolina y Seattle, que no contaron con un runningback en sus filas del calibre de Gurley, se fueron a porcentajes superiores. Y no es que los Rams no supieran lanzar la pelota en 1ª y 10. Su promedio de yardas de 7.6 por pase fue superior al de Carolina y equivalente al de Seattle. Parece claro que incrementar la cantidad de lanzamientos en este down inicial será uno de los ingredientes del nuevo ataque de Los Angeles en 2016.

Veamos como ejemplo las dos primeras jugadas de los Rams en su partido ante Chicago del año pasado. Fueron dos pases tras play-action que aprovecharon la excesiva atención de la defensa de los Bears en Gurley. En las IMAGENES 1, 2 y 3 St. Louis utiliza la estrategia de esconder al tight end por detrás de la línea de scrimmage para que quede perdido entre la cobertura rival.

El quarterback debe mantener siempre la mirada puesta en en las zonas de pase, para intentar engañar a la defensa.

El resultado es una sencilla ganancia de 29 yardas en un pase que un novato como Goff agradecería y mucho para ir cogiendo confianza.

En la IMAGEN 4, 5 y 6 los Rams vuelven a la carga con otro play-action pero en este caso la jugada es diferente. Una de las ventajas de jugar play-action es que te permite simplificar lecturas para el quarterback al enviar menos receptores en ruta.

En este caso son sólo dos que juegan en el mismo lado del campo una habitual combinación de rutas: dig-corner. La defensa es una sencilla cobertura individual (Cover 1), por lo que el QB sólo debe preocuparse por enviar el balón al receptor más desmarcado.

En este caso el pase es incompleto pero la jugada estaba hecha. Un lanzamiento más preciso habría generado otra gran cantidad de yardas positivas.

Por supuesto para que esto funcione Goff tiene que mejorar su técnica de “dropback”, algo que nunca ha hecho en college al jugar en un ataque “spread”. En la combine y en su “Pro Day” se le vio bien en ese aspecto, pero una cosa es hacerlo en pantalón corto al estilo flag-football y otra bien distinta en juego directo y real. Observad como Nick Foles no tiene un pocket limpio y cualquier imprecisión técnica en su juego de pies o duda en el “release” va a provocar un resultado tan malo como el de esa acción. En principio estos son los pases que esperan los Rams que complete el rookie, cuyo control en el pocket (“poise”) está siendo alabado como uno de sus puntos fuertes.

Lanzar pues con efectividad en primer down será básico para que la adaptación de Jared Goff a la NFL sea tan rápida y positiva como esperan y desean por L.A. No ha de ser la referencia de estos Rams en ataque, ese rol lo desempeña Todd Gurley, pero sí un mejor ejecutor de lo que fueron Foles o Case Keenum el año pasado. El play-action en primer down de Los Angeles será una de las acciones a las que más atentos estaremos durante la próxima temporada.

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