Patty Llaguno: "En Barcelona ganamos por mentalidad"
Con Eli Amatriain lleva cinco años, y es la pareja número tres del circuito. Madridista por Laudrup, jugó al tenis y al fútbol en Estados Unidos
Fue la figura del Máster de Barcelona, porque no sólo ganó esa segunda prueba del WPT con su pareja Elisabeth Amatriain, sino porque Patty Llaguno se multiplicó ante los problemas físicos de la riojana. Tanto en la semifinal contra Marta Marrero y Alejandra Salazar, como en la final frente a Carolina Navarro y Cecilia Reiter, la jugadora de Cartagena (1985) demostró una gran condición física y mental para soportar peloteos larguísimos en los que casi siempre salía ganadora. Jugadora de pádel, antes también jugó al tenis e incluso al fútbol en una universidad de Estados Unidos.
-Es usted una mujer polideportiva.
-Es que mi padre era entrenador de tenis en el club que tienen en La Manga, y empecé con él. También jugaba al pádel en las pistas que teníamos, pero en esos años aún no se jugaba tanto como ahora. Me dieron una beca de estudios en Estados Unidos como jugadora de tenis (Berry College, en Georgia), y en el último semestre, como no había competición, me apunté en el equipo de fútbol.
-¿Y jugó?
-¡Claro que jugué! De delantero centro, y marcaba mis goles. Es que el fútbol siempre me había gustado, pero en España había pocos equipos de chicas. Me di el placer de practicarlo de manera seria. Y cuando regresé a España, pues ya me enganché en serio con el pádel.
-¿Sigue usted el fútbol o es simplemente una anécdota en su carrera deportiva?
-Pues claro que lo sigo, y antes era del Barcelona y ahora soy del Real Madrid. Mis amigos me llaman chaquetera, pero todo tiene una explicación: no era de un equipo, sino de un jugador, de Laudrup, y cuando se cambió de club yo también me fui con él. Y me quedé como madridista, aunque también con del Villarreal y del Atlético de Madrid, que son equipos de grupo más que de figuras o de estrellas, que me va más a mi.
-¡Pero si practicaca si en un deporte individual!
-Que va. Nosotras, Eli y yo, formamos una pareja que va por su quinta temporada, con una relación muy sólida y de mucha complicidad que nos permite ayudarnos en la pista, en conocernos con sólo mirarnos. Y con una relación muy educada.
-Vamos, que eso de cinco años de fidelidad no se lleva en el Circuito.
-Creo que ese tiempo que llevamos juntas nos permite mejorar. Ahí están las Sánchez-Alayeto, que llevan once años juntas, o de Carolina y Cecilia, siente. En cualquier caso, a nosotras nos va bien y estamos contentas así. Por encima de todo somos amigas.
-En el Master de Barcelona dio la impresión que agotaron a sus rivales, con esa estrategia de buscar al menos entonado de la pareja, y someterle a un duro y constante ataque.
-Siempre vas buscando las costuras del rival, y cuando crees que alguien no tiene su día, pues lo aprovechas, lógicamente. Lo hacemos todas las parejas. Ya nos conocemos lo suficiente como para que no sea una sorpresa para nadie. No siempre estás igual, y por eso vas tanteando el terreno.
-¿Eran ustedes tan superiores físicamente a sus rivales?
-No, que va, para nada. Es más, llegamos a las semifinales agotadas tras un partido de más de tres horas frente Gemma Triay y Lucia Sainz, a las que ganamos en tres sets, y con un 7-6 en el último. Eso nos limitó bastante. Nuestra fuerza ha sido más mental que física, con lo que hemos podido sacar adelante nuestras estrategias en los partidos.
-Daba la impresión que ponían nerviosas a las rivales, y les provocaban el error.
-Nosotras fuimos capaces de controlar nuestros impulsos. Con todo, en la final, en el segundo set Cecilia Reiter no revolcó varias veces.
-¿Significa que este año puede ser la temporada de Eli de Patty?
-Uy, ojalá, pero hay por lo menos seis parejas muy igualadas. Y la prueba es que en cuartos de final la número seis (Marta Ortega y Alba Galán) ganó a la primera, y que en dos torneos que se han disputado ya tenemos cuatro finalistas distintas. No somos favoritas porque cualquiera te puede ganar, pero sí que vamos a intentar ganar siempre que juguemos.
-En la final usted sacó una bola de la jaula y se la devolvieron. Debe ser descorazonador.
-¡No, hombre, no! Nosotras siempre estamos pensando en que la bola vuelve. Y que te la pasen desde fuera de la jaula significa que el pádel femenino está evolucionando, porque hace unos años eso no se veía. Y es bueno para el espectáculo que hacemos. (Por cierto, al final fue punto de las ganadoras del torneo).