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SALTOS

Daley, la contrarreloj del icono de la natación británica

Apenas lleva ocho meses con Goodfellow, su pareja en los saltos plataforma sincronizados desde 10 metros, pero sueña con medalla en Río.

Tom Daley.
Ben A. Pruchnie

Los saltos sincronizados desde plataforma de 10 metros requieren una simbiosis casi perfecta entre la pareja. Hay que cuadrar el salto, los gestos, las piruetas y la entrada al agua, todo ello coordinando la velocidad y la plasticidad de los movimientos. Un trabajo que se consigue con miles de horas de entrenamiento y de competiciones, un aprendizaje que llega a ser agotador. Así actúan los chinos, dominadores de esta disciplina en Mundiales y Juegos desde hace dos lustros.

Pero Tom Daley, icono de la natación británica, ganador de un bronce en saltos de plataforma 10 metros en los Juegos de Londres, está intentando asaltar el podio en tiempo récord. Desde octubre, el joven de 21 años (y ya dos Juegos a su espalda) cuenta con una nueva pareja: Dan Goodfellow. Ambos apenas llevan ocho meses de preparación, pero la química está siendo ideal. “Estoy muy sorprendido de lo bien que hemos congeniado, porque la primera vez que saltamos juntos fue en octubre. Llevamos diez años compitiendo el uno contra el otro, y nos conocemos”, comentó el saltador para el comité organizador del Europeo de Londres, que este martes ha empezado las rutinas de saltos.

La capacidad mental de Daley, que ya fue campeón de Europa con 14 años, es su gran baza para conseguir dos medallas en Río. El saltador espera repetir podio en los 10 metros, pero con Goodfellow espera también colgarse una chapa en la prueba sincronizada. “Somos ocho equipos clasificados y tres logran la medalla. Tenemos opciones, pues pueden pasar muchas cosas. ¿Quién controla la presión y la fuera ambiental?”, desliza el saltador.

Curiosamente, Daley sustenta sus opciones en los aspectos climáticos. “Los chinos están acostumbrados a entrenarse en interior, pero en Río los saltos serán al aire libre. Eso afecta, y nosotros estamos más habituados”, apunta. Aunque su mente está puesto lo que ocurra en agosto, este Europeo en su casa le hace “ilusión” por la gente que acudirá a animarle, además cree que “es un buen test par Río, un radar que nos hará saber cómo estamos”.