Rob Gronkowski, cada vez más ganga para los Patriots

Rob Gronkowski es el mejor tight end de la NFL. Es posible que esa frase sea quedarse muy corto, porque es uno de los mejores tight ends de la historia, sino el mejor, y ha redefinido el puesto por completo. De hecho, ha redefinido los ataques en la liga a través de su presencia, y ha creado tantas desventajas para los coordinadores defensivos que su fuerza va más allá de su puesto. Es probable que, QBs aparte, no haya jugador en la liga cuya ausencia sea tan importante para su equipo como cuando Gronk no está en el campo.

No sólo eso, sino que dado que la NFL es una liga en la que al que triunfa se le copia sin piedad, con toda lógica, el resto de tight ends de la competición le deben una al bueno de Rob. Muchos compañeros en el puesto, que un día fue poco más que un bloqueador extra para la línea, o un full back que arrancaba lejos del backfield, pueden mirar a sus cuentas corrientes y, al acabar, rezar una oración a San Gronk, patrón de los tight ends ricos del football.

Y es que sólo este año hemos visto como tres de sus compadres de puesto se llevaban la morterada padre. Zach Ertz le sacó 42,5 millones a los Eagles, Travis Kelce 46,8 a los Chiefs y Jordan Reed 46,5 a los Redskins, todos ellos por cuatro años. Haced números y veréis que se mueven en el entorno de los 14 millones de dólares al año, con unos 30 garantizados.

Gronkowski, por su parte, ganará 6,6 millones este año, 7 el que viene y está bajo dominio de New England por los dos siguientes años a 11 y 12 millones respectivamente. No tocará el mercado hasta el 2020 y estará brutalmente infrapagado.

Hay que añadir que en las últimas dos temporadas, por aportar un dato, el tight end de los Patriots ha tenido más touch downs que los tres nombrados... juntos. Y que nadie entienda esto como una crítica a esos jugadores, que me parecen fantásticos, pero es que Gronk es otra maldita cosa, alguien que trasciende su lugar en el campo y su rol.

Y es que la conclusión no puede ser otra diferente a que los de New England tienen una ganga completa con su tight end, perfecto en el campo y una de las fuerzas puras fuera de él, una bestia en la imagen y en el marketing de la franquicia.

Que a nadie le extrañe si, el año que viene, por surrealista que parezca con tres más de contrato, empiezan a sonar rumores de renovación y extensión. Sería lo más justo. Pero, mientras tanto, los Patriots pueden disfrutar de una megaestrella a precio de saldo.